No obstante, medios internacionales han dado a conocer que la nave se precipitará el 9 de mayo a las 17:33 GMT en la parte central del Océano Atlántico, a unos 1.600 Kilómetros al este de Cuba.
La Progress fue lanzada con rumbo a la Estación Espacial Internacional el 28 de abril desde el cosmódromo de Baikonur con un cargamento de más de 2,5 toneladas, pero la nave no logró acoplarse a la estación espacial, se salió de la órbita prevista y actualmente se dirige hacia la Tierra de forma descontrolada.
Por aparte, la Fuerza Aérea de Estados Unidos, quien vigila de cerca la nave rusa averiada, dijo que además hay 44 trozos en órbita en las cercanías.
Una explosión o choque que hayan podido afectar la cápsula o el cohete desparramaron los escombros por el espacio. Seis astronautas habitan actualmente la estación espacial. La próxima carga les debe llegar en junio.
No obstante la Agencia Espacial de Estados Unidos (Nasa), explicó que la nave ingresara a la Tierra el 7 de mayo pero la mayor parte se desintegrará, y no ofreció a detalle el lugar en donde impactará.
Según científicos de la Nasa puede caer entre los 52 grados de latitud Sur y los 52 norte y descartaron que la caída represente alguna amenaza para los humanos.
De acuerdo con la NASA, la mayor parte de la nave no sobrevivirá a las altas temperaturas de la reentrada atmosférica, pero puede haber piezas que sobrevivan.
Las Progress, que se emplean desde hace 35 años, es uno de los grandes orgullos de la industria aeroespacial rusa, con un historial prácticamente inmaculado: hasta ahora sólo habían sufrido un solo accidente, en agosto de 2011, provocado por un fallo del cohete portador.
Todos los intentos por retomar el control de la nave automática, que debía llevar a la Estación Espacial Internacional cerca de 2.5 toneladas de suministros -combustible, oxígeno, alimentos, equipos científicos-, fueron infructuosos.
Internacional
Identifican día y lugar donde caerá nave espacial rusa que se averió en el espacio
La nave rusa Progress-59, un carguero espacial no tripulado que ha quedado fuera de control tras un fallo en su puesta en órbita la semana pasada, volverá a entrar en la atmósfera terrestre entre el 7 y el 11 de mayo “dependiendo de las condiciones atmosféricas”, según ha indicado el Centro Espacial Johnson (en Houston, EE UU).
La mayor parte de la nave se destruirá en el aire por el rozamiento y “la zona de caída de restos que no se quemen en la atmósfera, puede ser cualquiera en el rango comprendido entre los 52 grados de latitud Sur y los 52 norte”, continúan los expertos de la NASA.
La mayor parte del vehículo no sobrevivirá a las altas temperaturas de la reentrada atmosférica, pero puede haber piezas que sobrevivan, como el pesado mecanismo de enganche en la Estación Espacial Internacional (ISS), a la que se dirigía el carguero con suministros.
En cualquier caso, señala la agencia espacial estadounidense, es “altamente improbable que suponga una amenaza para nadie”.
No son raras las reentradas incontroladas y normalmente los restos que puedan quedan de una nave caen al mar, al desierto o en zonas despobladas, añaden los expertos: “Ni una persona ha resultado nunca herida por una pieza de reentrada de un satélite o un trozo de basura espacial en seis décadas de vuelos espaciales”.