“Tomamos nota de la declaración de la ONU, pero también señalamos que no hubo ninguna declaración similar cuando ejecutaron recientemente a dos indonesios”, dijo el domingo el portavoz de la cancillería indonesia, Arrmanatha Nasir.
Indonesia notificó el sábado a ocho extranjeros condenados a muerte (de Australia, Brasil, Filipinas y Nigeria) que serán ejecutados. Los procesados ya habían sido transferidos a una prisión de alta seguridad en Nusakambangan, un complejo penitenciario considerado el “Alcatraz indonesio”, donde se encuentran en aislamiento antes de ser ejecutados.
El ministerio de Relaciones Exteriores (Itamaraty) de Brasil precisó el sábado al sitio “G1 de Globo” que el gobierno continuará los contactos de “alto nivel” con Yakarta para intentar convencer a Indonesia de suspender la ejecución de Rodrigo Gularte.
Gularte fue detenido en 2004 al tratar de entrar en el aeropuerto de Yakarta con 15 libras de cocaína escondidos en tablas de surf y fue condenado a muerte en 2005.
La ejecución podría ser el martes.
La legislación antidroga de Indonesia es una de las más severas del mundo y el presidente Joko Widodo, con potestad de acoger peticiones de clemencia, alega que la situación de emergencia frente al problema de las drogas requiere la pena capital para los condenados.