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Al instante, un portavoz oficial de los duques de Sussex desmintió dicha información y aseguró que la reina Isabel II había dado su aprobación ante el nombramiento de su bisnieta.
Debido a las constantes controversias, la reina Isabel II podría cambiar su política de comunicación que consistía en: “si eres un miembro de la familia real británica, nunca debes quejarte y nunca debes dar explicaciones en público”; todo esto derivado de las supuestas “falsedades” que han dicho algunos medios aliados al príncipe Harry y Meghan Markle, informó el periódico inglés Daily Mail.
Los recurrentes problemas alrededor de los miembros de la realeza y surgimiento de información falsa habría llevado a Isabel II a modificar el principio que ha mantenido a lo largo de sus 69 años como monarca británica: no hablar sobre las intimidades de los integrantes de la monarquía.
Por esta razón, la reina ha dado instrucciones al personal del Palacio de Buckingham para rectificar cualquier declaración fuera de contexto y que distorsione sus conversaciones privadas y las de los demás miembros de la familia real británica.
Luego del publicación oficial del nacimiento de Lilibet Diana, el pasado domingo 6 de junio, los mensajes por parte de la Corona británica no se hicieron esperar. Muchos de ellos felicitaron a la recién nacida y a sus padres, mientras que Isabel II lo hizo con un comunicado breve.
Congratulations to The Duke and Duchess of Sussex on the birth of Lilibet Diana! The Queen, The Prince of Wales and The Duchess of Cornwall and The Duke and Duchess of Cambridge are delighted with the news.
Lilibet is Her Majesty’s 11th great-grandchild. pic.twitter.com/dGVeRpd3pK
— The Royal Family (@RoyalFamily) June 6, 2021
La recién nacida es el undécimo bisnieto de la reina Isabel II y se encuentra en octavo lugar en la línea de sucesión de la corona británica.
El nacimiento de Lilibet se dio tres meses después de la polémica entrevista de los duques de Sussex con Oprah Winfrey, presentadora estadounidense, en la que ambos acusaron a la familia real de racismo. Esta conversación fue el detonante definitivo de los problemas entre los distintos miembros de la Corona británica.
Meghan Markle y el príncipe Harry se apartaron de la monarquía a principios de 2021 para mudarse a California y ser financieramente independientes de la familia real.