“El deterioro de la situación requiere un cambio de ritmo por parte de la comunidad internacional antes de que sea demasiado tarde”, declaró el ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, ante los diputados. “El tiempo no es infinito”, dijo el ministro, quien advirtió del riesgo “evidente” de fusión entre el EI y milicias locales.
“Nos encontramos frente a un país de territorio inmenso e instituciones deficientes y esto tiene consecuencias potencialmente graves, no sólo para nosotros, sino también para la estabilidad y la continuación de los procesos de transición en los Estados africanos vecinos”, explicó. “La única solución a la crisis libia es política”, dijo, asegurando que Italia no quiere “aventuras y todavía menos cruzadas”.
Italia espera que la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, prevista este miércoles en Nueva York, haga tomar conciencia de la necesidad de “redoblar esfuerzos para favorecer el diálogo político” en Libia.
—Levantamiento del embargo—
Por su parte, Egipto pidió este miércoles que la ONU levante el embargo sobre armas impuesto a las autoridades libias reconocidas por la comunidad internacional y reclamará también una intervención internacional contra el EI en este país.
El ministro de Exteriores egipcio, Samé Shukri, exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU “a revisar las restricciones impuestas al Gobierno libio sobre la entrega de armas y de cualquier otro recurso necesario para el restablecimiento de la estabilidad y la lucha contra el terrorismo”, según un comunicado del ministerio.
Shukri se entrevistó en Nueva York con los embajadores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Francia, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido).
Egipto debe oficialmente pedir este miércoles al Consejo de Seguridad que adopte una resolución para la intervención militar de una coalición internacional, tras haber bombardeado en solitario el lunes posiciones del EI en Libia, en represalia por la decapitación de egipcios cristianos.
Libia está sumida en el caos y está dirigida por dos gobiernos que se disputan a distancia el poder: uno es afín a la milicia islamista de Fajr Libya (Amanecer de Libia) y el otro es reconocido por la comunidad internacional y tiene su sede en el este del país, cerca de la frontera egipcia.