De hecho, la credibilidad de Curiel estuvo en la mira de Trump en 2016, cuando dijo que su ascendencia mexicana lo hacía parcializado contra el entonces candidato presidencial en una demanda por fraude que involucraba la desaparecida Trump University.
En la decisión de este martes, Curiel indicó que no tomó en consideración el “caldeado debate político”.
“La corte no puede ni considera si las decisiones subyacentes para construir las barreras fronterizas son políticamente sabias o prudentes”, aseguró.
Una ley de 2005 da amplios poderes al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para ignorar requisitos medioambientales.
La demanda contra el muro fue introducida por la ONG Centro para la Diversidad Biológica (CBD), que anunció que apelará este fallo que “permitirá a Trump ignorar leyes ambientales cruciales, que protegen a personas y a la vida silvestre”.
“El gobierno de Trump ha sobrepasado por completo su autoridad en este apuro por construir este muro destructivo y sin sentido”, señaló Brian Segee, abogado del CBD, que recibió apoyo de otras organizaciones y del estado de California.
“Le están dando un poder arrasador y sin precedentes a un jefe de una agencia, no electo, para que ignore docenas de leyes y acabe con cientos de millas de espectaculares tierras fronterizas. Esto es inconstitucional y no debería permitirse”, se quejó Segee.
Pero Curiel escribió en su fallo que “no tenía serias dudas constitucionales sobre los permisos”.
“Muralla medieval”
El fiscal general de California, Xavier Becerra, también de ascendencia mexicana, dijo que seguirán luchando para evitar “excesos federales”. “El Gobierno está ignorando las leyes que no le gusta para retomar una promesa de campaña”.
“Una muralla medieval en la frontera de Estados Unidos y México simplemente no pertenece al siglo XXI”, zanjó.
La decisión de Curiel no implica que el muro se construya de inmediato, pues el Gobierno aún necesita la aprobación de los recursos en el Congreso: Trump pidió US$25 mil millones para reforzar las fronteras.
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México y Estados Unidos tienen una larga frontera de tres mil kilómetros, de los cuales un tercio está separado por una valla.
“Para ponerlo de manera simple, los muros funcionan”, escribió por su parte el DHS. “Los muros fronterizos han probado ser extremadamente efectivos en prevenir el flujo de drogas e inmigrantes ilegales”.
Las autoridades comenzaron a reemplazar 3.2 kilómetros de la actual cerca en la zona de Calexico.
Ocho gigantescos prototipos para el muro fueron construidos en un descampado en Otay Mesa, vecina de San Diego y fronteriza con Tijuana. Desde ese terreno se puede ver una venta de chatarra del lado mexicano.
Trump tiene previsto visitar el próximo mes el área donde están estas estructuras, desarrolladas por seis compañías privadas y que pasan por un período de pruebas de resistencia.