En los últimos cuatro años, Strauss-Kahn ha tenido que hacer frente a problemas legales relacionados con escándalos sexuales, que lo obligaron a abandonar el FMI y sus ambiciones políticas.
La denuncia en cuestión fue presentada el 30 de junio por un exaccionista de la compañía de inversión LSK, Jean-Franois Ott, quien afirma haber invertido 500.000 euros en el capital de esta firma.
Convencido de que le presentaron, antes de la inversión, un informe sobre la situación financiera LSK que no se ajustaba a la realidad, presentó una denuncia por “fraude”, “abuso de bienes sociales” y “falsificación”.
A raíz de esta denuncia, se abrió una investigación preliminar en contra de los exdirectores de LSK, entre ellos Dominique Strauss-Kahn, confirmó a la AFP la fuente judicial.
Más tarde, según la radio France Inter y Le Parisien Magazine, “una segunda denuncia fue presentada por un exbanquero de Macedonia”.
El abogado de Dominique Strauss-Kahn, Jean Veil, afirma que su cliente no tenía ninguna “función operativa” en la compañía y que él mismo fue engañado, según la radio.