“Hay un incremento de la presión de varias maneras para que eso ocurra. Tenemos que dejar claro que estamos dando pasos para avanzar en esa dirección”, añadió Kerry, quien detalló que varios de “nuestros aliados y otros” contribuyen en esa estrategia.
El jefe de la diplomacia estadounidense reiteró que la salida a la guerra civil siria, de la que se cumplen cuatro años, debe ser política no militar.
“Para que el régimen de Asad se avenga a negociar tenemos que dejar claro que hay determinación en todas las partes para buscar una salida política y que cambien sus cálculos sobre la negociación. Es algo que se lleva a cabo ahora mismo”, explicó Kerry, aludiendo a la aparente confianza de Asad sobre su permanencia en el poder y su recelo a dialogar.
En esta ocasión Kerry no apuntó, que ha venido haciendo el Departamento de Estado, que Asad ha perdido legitimidad para gobernar y debe salir del poder de manera negociada.
La portavoz adjunta del Departamento de Estado de EE.UU., Marie Harf, emitió una aclaración después de la transmisión de la entrevista y aseguró que la política de EE.UU. hacia el régimen sirio “no ha cambiado” y no habrá negociaciones directas con Bachar al Asad.
Harf matizó que “por necesidad, siempre ha habido representantes del régimen de Asad como parte del proceso, pero no ha sido ni nunca será Asad quien negociaría, eso no lo dijo el secretario” de Estado.
Tras cuatro años de conflicto, unas 220.000 personas han muerto, un tercio de toda la población siria es desplazada de guerra y los extremistas del Estado Islámico (EI), opuestos a Damasco, ocupan amplias extensiones de terreno y han relegado a la irrelevancia a la oposición moderada.
