El quiebre financiero de la Comisión, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) , pone en peligro a 40% de su personal, cuyos contratos vencen a finales de julio, sin recursos para renovarlos.
El organismo defensor de los derechos humanos en el hemisferio deberá también suspender las visitas a los países previstas para este año, al igual que los periodos de audiencias de julio y octubre, donde los comisionados escuchan a representantes de los países y víctimas u organizaciones civiles sobre el estado de los derechos humanos en la región.
Atravesamos una grave crisis financiera que pone en riesgo nuestro funcionamiento #CIDHenCrsis pic.twitter.com/QfNdIRbv6K
— CIDH (@CIDH) May 23, 2016
La “alarmante” y “catastrófica” situación agudizará aún más el retraso procesal de los casos de abusos de derechos humanos que analiza el organismo, que llamó a los 34 países integrantes de la OEA, países observadores y organizaciones “a realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición” para revertir la situación.
La CIDH obtiene parte de sus recursos por medio de la OEA, que le destina 6% de su presupuesto: unos US$4.8 millones en el 2015 para un organismo que requiere seis veces esa cifra, según un plan preparado por la secretaría ejecutiva.
Otros recursos provienen de donaciones, pero se han reducido: la Unión Europea desvió el año pasado dos millones de dólares de la Comisión a otras iniciativas, a medida que ha debido atender otras crisis más cercanas como la situación de los refugiados o el conflicto en Siria.
Algunos países latinoamericanos entregaron fondos adicionales, pero solo alcanzan US$214 mil.
“Nuestro trabajo está en riesgo en función de la situación financiera”, dijo en abril el presidente de la CIDH, James Cavallaro.
40% menos de personal es 40% menos de acceso a justicia internacional #CIDHenCrisis pic.twitter.com/62t4jhfbYQ
— CIDH (@CIDH) May 23, 2016