Desde 2018, Larsen está bajo investigación por un supuesto blanqueo de dinero, y el fiscal jefe en Ginebra indaga esta adquisición y la “opaca estructura” que utilizó para la operación, producida después de recibir el regalo del antiguo monarca, afirma el periódico.
La finca de 81 hectáreas incluye una mansión con 11 dormitorios, una biblioteca, una piscina y un campo de críquet.
Larsen habría explicado a los fiscales suizos que adquirió la propiedad a través de un fondo en Panamá que tenía como beneficiario a su hijo de 13 años.
La amante de Juan Carlos I entre 2004 y 2009 aseguró haber recibido una fortuna del monarca en 2012: 65 millones de euros (77 millones de dólares), según el diario suizo La Tribune.
Durante una entrevista emitida el jueves por la BBC afirmó que le hizo este “regalo extraordinariamente generoso” en agradecimiento por “cuidar de él” y por la estima que le tenía a su hijo.
La empresaria es una de las tres personas investigadas en Suiza por una transferencia de 100 millones de dólares que Juan Carlos recibió en 2008 del entonces rey Abdalá de Arabia.
La fiscalía sospecha que los 65 millones de euros recibidos sirvieron para esconder el dinero restante que había recibido del monarca saudí.
Larsen y Juan Carlos I niegan que ella hubiera ejercido de testaferro.
Si bien el rey emérito de 82 años no está formalmente investigado, las revelaciones sobre su fortuna están siendo estudiadas por la justicia española y suiza y lo empujaron a abandonar el país el 3 de agosto en dirección a los Emiratos Árabes Unidos.
Desde este exilio autoimpuesto y pactado con su heredero Felipe VI, el rey, que abdicó en 2014, asegura que seguirá a disposición de la justicia española.