Para el ojo perspicaz estas mejoras pueden dar pistas sobre la posible ruta y posible programa presidencial en la urbe habanera, a donde Obama llegará el domingo 20 de marzo acompañado por su esposa, Michelle; el secretario de Estado, John Kerry; y una extensa delegación oficial.
El monumento a las víctimas del acorazado estadounidense Maine, devenido símbolo del enfrentamiento entre Cuba y EE. UU., y situado a metros de la embajada del país norteño en La Habana, es uno de los sitios que recibe mejoras, enfocadas sobre todo en la visita de Obama, según contó el jueves Álvaro, uno de los restauradores.
Sin dejar de trabajar, este joven explica que las obras consisten en “quitar el óxido” a las cadenas que rodean los cañones del conjunto escultórico, a las que planean “dejar limpias para después pintarlas”.
Sobre la visita de un presidente de EE. UU. a Cuba, el primero en 88 años, dijo que va a ser “beneficioso” para los cubanos, quienes esperan que “vengan más a menudo” personalidades internacionales, sobre todo desde la nación norteamericana, con la que la isla reanudó vínculos el pasado julio tras más de 50 años de enemistad.
Entre las obras que se realizan en La Habana se incluyen además mejoras en importantes vías como las avenidas Primera y Quinta en la barriada de Miramar, los accesos al “Latinoamericano”, y la populosa arteria que pasa frente al Capitolio habanero, ahora cerrada al tráfico para agilizar los trabajos de reparación.
Para Rolando Martínez, un habanero que “se busca la vida” manejando un “bicitaxi” en la zona turística de La Habana Vieja “está bien eso de poner bonita la ciudad”.
“Lo que no sé es por qué tienen que esperar a que venga alguien para hacer esas cosas. ¿Por qué no lo hacen siempre, para que cuando venga la gente ya todo esté hecho?”, se pregunta este joven habanero.
Aunque se confiesa contento por el lavado de cara que recibe la ciudad, “sobre todo la parte antigua”, Martínez afirmó estar preocupado por el reabierto Gran Teatro de La Habana, a metros del Capitolio, un edificio que “quedó lindísimo, pero que ahora con todo este polvo, van a tener que limpiarle de nuevo la fachada”.
Gran expectativa levantan además los trabajos con que esperan dejar a punto el Estadio Latinoamericano, al que hoy se le cambian las cubiertas, el césped y se mejora la zona VIP para el juego de béisbol entre los Rays de Tampa Bay (Florida) y la selección cubana, por celebrarse el día 22 con la asistencia de Obama.
Otros edificios que también mostrarán sus mejores colores son los hoteles Nacional y el Habana Libre, antiguo Habana Hilton, este último una de las sedes donde trabajarán los cientos de periodistas acreditados para el histórico evento, que marcará un hito en el deshielo iniciado hace más de un año entre las dos naciones.
“Pienso que esta visita será para bien, porque tenemos que arreglar las relaciones. Ya es tiempo de resolver nuestros problemas” aseguró Pablo, uno de los muchos cubanos que miran esperanzados la nueva etapa de normalización bilateral.
Obama llegará a Cuba el 20 de marzo y cursará una histórica visita hasta el día 22, en lo que será el primer viaje a la isla de un mandatario estadounidense en ejercicio desde el del presidente Calvin Coolidge en 1928.
Obama viajará al país caribeño con la meta de ampliar los avances logrados con la normalización bilateral, iniciada en diciembre del 2014, e incidir en las mejoras pendientes sobre los derechos humanos.