“Será una apertura gradual, cumpliendo el protocolo aprobado por nuestra conferencia y siguiendo todas las normas de bioseguridad prescritas por el Gobierno”, señalaron los obispos salvadoreños en un comunicado.
Esta reapertura de los templos católicos se dará seis días después de que concluya el plan gubernamental de desescalada, cuyo fin se aceleró tras un fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema que declaró ilegal el decreto ejecutivo que le dio vida por violar una sentencia anterior.
Los jueces basaron su fallo en una sentencia que declaró ilegales la mayoría de leyes y decretos ejecutivos que han regido la atención a la pandemia por “vicios de inconstitucionalidad” al suspender garantías constitucionales sin los votos necesarios en el Congreso.
De acuerdo con los juzgadores, el plan “contradice los parámetros constitucionales establecidos en la sentencia emitida en el presente proceso, relacionados con la suspensión y limitación de derechos fundamentales”.
La Conferencia Episcopal de El Salvador dejó abierta la posibilidad de que cada obispo ordene medidas adicionales para evitar el contagio de coronavirus en sus diócesis.
“La pandemia del coronavirus ha dejado una estela de sufrimiento, dolor y muerte. Por eso, una vez más les expresamos nuestra cercanía en este momento difícil”, concluye la misiva de los líderes religiosos.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, destacó el sábado que su país registra cinco días consecutivos de retroceso en las cifras de contagios de covid-19, lo que puede indicar una tendencia a la baja.
Los constantes choques entre el mandatario y los diputados de la Asamblea Legislativa, de mayoría opositora, han dejado al país sin una ley que regule las medidas sanitarias para contener el avance del virus o una nueva escalada, como la registrada en junio.