Los mecanismos de alerta actuales se basan en la detección de ondas sísmicas, pero esas vibraciones solo se pueden percibir después de una ruptura en la Tierra.
Los científicos saben desde hace tiempo que los terremotos generan cambios en el campo gravitatorio del planeta, pero hasta ahora esas variaciones solo han podido detectarse una vez producida la ruptura tectónica.
Estudios teóricos habían apuntado ya a la posibilidad de percibir variaciones gravitacionales en el mismo momento de una ruptura, unos cambios que podrían ser medidos en todo el globo antes de que se produzcan ondas sísmicas.
“La redistribución de la masa terrestre que provoca un terremoto ocasiona cambios observables en el campo gravitatorio”, señala el trabajo publicado en Nature, que detalla cómo la teoría predecía la existencia de señales “muy pequeñas comparadas con el ruido sísmico” capaces de anticiparse a las vibraciones de la Tierra.
Jean-Paul Montagner y su grupo de investigación han analizado específicamente los datos recogidos durante el gran terremoto de Japón en el 2011, causante del tsunami que provocó el desastre en la central nuclear de Fukushima.
Los científicos franceses han detectado una señal gravitatoria que se observó antes de la llegada de las ondas sísmicas, un descubrimiento que, en su opinión, puede servir para desarrollar nuevos sistemas de alerta rápida.
“Durante la ruptura, una señal que se sobreponía al ruido de fondo se observó con una relevancia estadística por encima del 99%”, detalla el trabajo.
Los autores subrayan que el gran potencial de su hallazgo requiere que se establezcan amplias redes de gravímetros -instrumentos para detectar señales gravitacionales-, que deberían funcionar en paralelo a los sismógrafos tradicionales.