Un ejemplo en una boda celebrada el 31 de noviembre de 2015, en el que Abu Mansur, un tunecino nacido en 1977, se unió a una nigeriana llamada Miriam, en presencia de testigos sudaneses y malíes.
En contraste con las leyes islámicas, Mansur no tuvo que pagar dote pero prometió pagar una compensación en caso de muerte o de divorcio correspondiente a un cinturón de explosivos.
A Fátima, una nigeriana, su marido Abu Said le prometió compensarla con un Kalashnikov en caso de que fuera repudiada o que su marido muriera.
Después de que el grupo ocupó la localidad, en junio del 2015, la bandera negra yihadista ondeaba de los edificios públicos, que el grupo armado ocupó para imponer un reinado del terror con ejecuciones y otras atrocidades.
Nueve leyes de divorcio más extrañas del mundo
El concepto de matrimonio no significa exactamente lo mismo en todos los rincones de nuestro planeta. Su definición varía de forma considerable de unos lugares a otros, imponiendo condiciones y deberes muy diferentes a los cónyuges.
Y si el significado de “matrimonio” puede cambiar, mucho más lo hace el de “divorcio”.
Dependiendo del país en que nos encontremos, las causas válidas para solicitar un divorcio pueden ser verdaderamente distintas; y en muchos casos, realmente estrambóticas.
En el blog “Viral Thread” han recopilado algunas de las más surrealistas que existen, reseñó el diario español ABC.es en página web.
En Samoa, por ejemplo, es técnicamente legal pedir el divorcio si tu pareja ha olvidado tu cumpleaños. No cabe duda de que los samoanos se toman muy a pecho esa clase de pequeños detalles, pero no tanto como en Arabia Saudí, donde existe una ley que concede a la mujer el derecho de iniciar trámites para finalizar su alianza… si su marido no le prepara una taza de café fresco cada mañana.
Nada que ver con Australia: allí, según la ley aborigen, ni siquiera es preciso un motivo para el divorcio. La mujer sólo necesita casarse de nuevo para obtenerlo.
Todo sea por conseguir que los matrimonios no concluyan como podrían hacerlo en Hong Kong. En este territorio, una antigua norma permitía a las esposas matar a sus maridos si les sorprendían engañándolas con otra mujer. Eso sí: no podían utilizar armas para hacerlo, únicamente sus manos.
Más raro todavía es lo de Kuwait, donde las viejas leyes dictaban que un hombre podía acabar en prisión no sólo por mirar con indecencia a una fémina que no sea su pareja… sino a cualquier animal hembra.
Pero quizá sea Estados Unidos el país con mayor cantidad de leyes de divorcio extrañas, dada la variedad de normas de un estado a otro y la antigüedad de muchas de ellas.
En Kansas, una mala relación entre marido y suegra es argumento suficiente para solicitar la conclusión del enlace. Al menos, parece un poco más razonable que lo de Delaware, donde puede llegar a anularse un matrimonio si una de las partes alega que su «sí quiero» era en realidad una broma.
En Carolina del Sur, un hombre puede ser procesado por pedir matrimonio a una mujer sin intención de cumplir su palabra. La falsa promesa de casamiento es una ofensa muy grave.
Y cerramos nuestro surrealista repaso en Colorado y Hartford, donde se consideraba ofensivo que un hombre frunciese el ceño ante su esposa los domingos.
Parece que no hay ningún problema en hacerlo cualquier otro día de la semana… pero en la sagrada jornada de descanso, un mal gesto puede terminar en divorcio.