Este mensaje ecológico choca con los discursos talibanes en los que la “primavera” solía vincularse al inicio de una ofensiva militar en la que con la llegada del buen tiempo el líder insurgente llamaba a endurecer la lucha contra la tropa afgana e internacionales en el país asiático.
Lejos de eso, Haibatullah, un clérigo que ha sido definido más como un estudioso del Corán que de las artes de la guerra, sostuvo en su mensaje, con continuas referencias al libro sagrado del islam, que quien plante árboles “seguirá los pasos del Profeta” .
Además quiso alejar la visión de un grupo insurgente centrado en hacer la guerra al explicar que el “Emirato Islámico -como se definen los talibanes- trabaja en el límite de sus posibilidades por la prosperidad, bienestar económico (y) desarrollo” del país.
“Los muyahidín y los queridos compatriotas deben unir sus manos para plantar árboles y no reprimir ningún esfuerzo al respecto” , sentenció el líder talibán.
En lo que respecta a la guerra, los talibanes continúan ganando terreno al Gobierno afgano desde que fueron derrocados del poder con la invasión estadounidense en el 2001 y según los últimos datos oficiales divulgados por Estados Unidos, Kabul solo controla ya el 57 % de Afganistán.