Sin embargo, de acuerdo con la fuente, Ryan no llegó a retirar su apoyo a la candidatura de Trump, con quien desde el inicio de la campaña mantiene una relación evidentemente tensa.
La misma fuente añadió que la conversación dejó la impresión de que Ryan (el político republicano con el más elevado cargo electivo en la actualidad) ya daba como un hecho consumado la victoria de Hillary Clinton en las elecciones del 8 de noviembre.
Ryan “dijo que dedicará toda su energía para evitar que Clinton reciba un cheque en blanco con un Congreso de mayoría demócrata”, comentó la fuente.
Además, aparentemente Ryan dio luz verde a los legisladores que participaban de la teleconferencia para que rompan lazos con Trump. “Ustedes deben hacer lo que sea mejor para ustedes en sus distritos”, dijo Ryan a sus interlocutores, de acuerdo con la fuente.
Por su parte, la vocero de Ryan, AshLee Strong, indicó que el líder parlamentario estará “concentrado en proteger la mayoría republicana” en el Congreso.
La campaña de Trump, que desde el inicio arrastra polémicas, alcanzó un momento crítico el viernes tras la divulgación de una grabación de 2005 en la que se jacta de utilizar su condición de persona famosa para abusar de mujeres sexualmente.
Numerosas e importantes figuras del Partido Republicano anunciaron públicamente su ruptura con la candidatura de Trump, al tiempo que aumentaron las presiones para que el polémico millonario abandone la campaña en favor de su compañero de fórmula, Mike Pence.
Ryan es apenas el último de una larga serie de influyentes líderes republicanos que decidieron marcar distancia de Trump, varios de ellos incluso pidieron que el magnate se retire de la contienda.
Pero Trump afirmó que hay “cero chance” de que renuncie a sus candidatura. “Nunca, jamás, me doy por vencido”, dijo.
En ese cuadro de creciente aislamiento de la máquina partidaria republicana, resta a Trump apoyarse en el electorado más conservador, avivando el rechazo visceral de esos electores a la figura de Clinton.
Para Larry Sabato, de la Universidad de Virginia, “hay mucha más resistencia a Trump entre los líderes del partido que en la base”.
“La mayoría de los electores que se consideran republicanos van a votar por Trump, y además se sienten abandonados por la dirigencia del partido precisamente por haberle retirado el apoyo”, señaló.