La tragedia, la peor en una escuela del país en una década, multiplica la cólera y las preguntas sobre cómo limitar la venta de armas en el país, un control que podría haber evitado esta matanza.
“Tengo el corazón roto ahora mismo”, sollozaba el miércoles 25 de mayo Ryan Ramírez, que perdió a su hija, Alithia, de 10 años. A su lado, su esposa, Jessica, lloraba en silencio con su otra hija en brazos.
La matanza ha cambiado para siempre la historia de Uvalde, una pequeña localidad de 16 mil habitantes, situada cerca de la frontera con México y con una población mayoritariamente hispana.
“Esto no tiene ninguna explicación; mi nieta no merecía esto. Era una niña buena, muy tímida bonita”, decía a la prensa Esmeralda Bravo, abuela de Nevaeh, también fallecida en la matanza.
Relato de un sobreviviente
De acuerdo con medios locales, uno de los niños sobrevivientes de la masacre de Texas, contó qué gritaba Salvador Ramos mientras disparaba. Además, se dio a conocer que, a petición de los padres, la identidad del menor está reservada.
El menor reveló detalles de lo que ocurrió dentro de la escuela cuando Salvador Ramos, el adolescente de 18 años que compró un fusil, abrió fuego.
Según el testimonio del menor, se encontraba en su salón de clases cuando escuchó disparos y su reacción fue avisarle a su compañero de al lado que se escondieran debajo de una mesa.
“Él disparó a la puerta del salón que está al lado del mío, pero existe una puerta que comunica los dos salones y fue esa la que usó para llegar hasta nuestro lugar”, dijo el niño al contar sobre la acción de Salvador Ramos.
“Cuando entró a nuestro salón se agachó un poco y comenzó a gritar”, agregó el menor.
“Llegó la hora de morir dijo muchas veces. Luego comenzó a disparar y sonaba muy fuerte que lastimada mis oídos”, relató el estudiante a los medios locales.
Según los reportes, el menor y otros cuatro compañeros se refugiaron debajo de una mesa que estaba cubierta por un mantel.
“Me escondí lo mejor que pude con mis amigos y les decía que no hiciéramos ruido para que no nos escuchara”, añadió el menor.
De acuerdo con el relato, el miedo invadió a los menores, quienes permanecieron debajo de la mesa hasta que los oficiales los localizaron.
El pequeño concluyó su relato y dijo que las maestras Irma García y Eva Mireles los protegieron en todo momento e intentaron detener a Salvador Ramos, pero las asesinó.