“Las circunstancias nacionales colocan ahora al PMDB, mi partido desde hace 46 años, ante el desafío mayor de escoger su camino bajo la presidencia de mi compañero de tantas luchas, Michel Temer”, añadió en la carta enviada a la jefa de Estado.
El PMDB es la mayor fuerza política del país y decidirá el martes si abandona su alianza de años con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva.
El destino de Rousseff, de 68 años, podría quedar sellado si el PMDB -que cuenta con 69 diputados y 18 senadores- arrastra a otras fuerzas de la coalición.
El vértigo de la crisis impulsa los debates sobre el impeachment, que avanzan rápidamente y podrían concluir hacia mediados de abril, si la Cámara lo aprueba por una mayoría de dos tercios (342 de los 513 diputados) y luego el Senado por más de la mitad de sus 82 escaños.
Rousseff sería apartada en ese caso de su cargo por un período máximo de 180 días, hasta que la Cámara alta dé su veredicto final, esta vez por una mayoría de dos tercios.
Lula se defiende
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva defendió el lunes su papel en el Gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, quien lo nombró recientemente ministro de Presidencia, y pidió castigar a los involucrados en el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
“No quiero mandar, quiero obedecer y compartir decisiones y creo que puedo contribuir”, afirmó Lula durante una conferencia de prensa concedida a corresponsales extranjeros en Sao Paulo al ser preguntado sobre su designación al frente la cartera más importante del Gabinete de Rousseff.
El nombramiento de Lula como ministro está en manos de la Corte Suprema después de que un magistrado de este tribunal suspendiera su designación al considerar que Rousseff ofreció a su padrino político la cartera con el propósito de “impedir” un posible arresto del expresidente, investigado por supuesta corrupción.
“Tengo la convicción de poder cambiar el humor de este país, porque si se cambia el humor al otro día podemos cambiar la economía”, que ha sido impactada por los “efectos” de la actual crisis política, justificó.
De acuerdo con Lula, Rousseff lo invitó desde agosto pasado a formar parte del Ejecutivo y en ese momento consideró que “no era correcto dos presidentes en el Gobierno”.
“No quería ser ministro y sí coordinar el Consejo de Desarrollo Económico y Social”, señaló Lula, quien admitió que cambió de opinión tras la empeoramiento de la crisis.
El exmandatario admitió que era consciente de que su llegada al Ejecutivo iba a generar la reacción adversa de la oposición, principalmente del Partido de la Social Democracia Brasileña.