El juez señaló que aún debe pronunciarse sobre algunas denuncias que pesan contra Lula y pidió que la corte suspendiera entonces la decisión sobre su nombramiento como ministro, lo que fue acatado de inmediato por los otros diez magistrados.
La corte no propuso una fecha para retomar el juicio, por lo que puede ocurrir que, aún si la sentencia fuera favorable a Lula, el expresidente igual no pueda asumir.
La razón está en que el Senado decidirá dentro unos quince días si instaura un juicio con miras a la destitución de Rousseff, quien en ese caso sería separada del cargo durante los 180 días que dure el proceso y su lugar lo asumiría el vicepresidente Michel Temer, quien ha roto toda relación con la presidenta y con Lula.
De modo que si el Senado es más rápido que el Tribunal Supremo y decide procesar a Rousseff, Lula quedaría de todas maneras fuera del Gobierno junto con su sucesora.
Lula fue nombrado ministro de la Presidencia el pasado 16 de marzo y llegó a asumir el cargo un día después, pero un terremoto político y una catarata de medidas cautelares dejaron sin efecto su nombramiento y su posterior investidura.
El mismo día que fue designado, el juez Sergio Moro, a cargo de las corruptelas en la estatal Petrobras y que investigaba a Lula, difundió un polémico audio de una conversación autorizada por la justicia, en la que Rousseff sugería que el nombramiento buscaba ayudar a blindarle ante la justicia con fueros privilegiados.
En la conversación, Rousseff le decía a Lula que le envió con un mensajero el acta de su nombramiento para que la usara “en caso de necesidad” .
Eso fue interpretado como un intento de evitar cualquier acción del tribunal a cargo de Moro antes de que Lula obtuviera el fuero privilegiado que le otorgaría su condición de ministro.
Tanto Lula como la propia Rousseff condenaron la grabación y su difusión, pero una vez que se hizo público su contenido decenas de jueces de primera instancia dictaron medidas cautelares objetando el nombramiento del expresidente como ministro.
En contra de que Lula pueda asumir un cargo en el Gobierno se ha posicionado hasta el procurador general de la República, Rodrigo Janot, quien en un documento remitido a la Corte Suprema hace dos semanas afirmó que en el nombramiento había claros indicios de lo que calificó como “desvío de finalidad” .
Según Janot, las circunstancias del nombramiento y “la actuación bastante inusual de la Presidencia de la República” permiten identificar “elementos suficientes para afirmar la ocurrencia de desvío de finalidad en el acto oficial y, en consecuencia, para solicitar la anulación del decreto presidencial” .
De acuerdo con la opinión de la Procuraduría General, “el momento del nombramiento, la inesperada anticipación del acto en que asumió el cargo y la circunstancia bastante fuera de lo común del envío del acta de nombramiento refuerzan la percepción de desvío de finalidad” .
En su momento, Rousseff había alegado que la “experiencia” de su padrino político ayudaría al Gobierno a enfrentar la seria crisis política que la tiene al borde de un juicio político.
Lula, de hecho, aún sin el cargo, intentó articular fuerzas para impedir que el proceso contra Rousseff avanzara en la Cámara baja y se dedicó por entero a tratar de convencer a diputados de que frenaran el trámite.
Sin embargo, su fracaso fue mayúsculo. El pasado domingo, la Cámara de Diputados aprobó por una aplastante mayoría de 367 votos frente a 137 que el trámite avanzara hasta la instancia decisiva del Senado.
“La serpiente está viva”
“Pasaron muchas cosas en las últimas semanas, y el hecho de no haber sido autorizado antes a ocupar el cargo fue un choque, una sorpresa que tuvo consecuencias gigantescas para el gobierno” , dijo Praa.
Pero después de “Dilma” , Lula es el hombre a derrotar por sus numerosos adversarios.
“La serpiente está tan viva como siempre” , afirmó recientemente con su voz cascada y su estilo inimitable.
A pesar de sus problemas judiciales, Lula ganaría la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2018 con 21% de los votos, según un sondeo de Datafolha del 10 de abril. A sus 70 años, ya se propuso como precandidato del PT.
En la encuesta quedó por delante de la ecologista Marina Silva (19%) y del líder de la oposición de centro-derecha, Aecio Neves (17%) , derrotado por Rousseff en el 2014, y del actual vicepresidente Temer (1 a 2%) .
“Tiene mucho carisma, hizo un gobierno muy popular con altísima aprobación (…) pero yo no creo que pueda volver a ganar una elección” , afirmó el analista, citando el alto nivel de rechazo que también genera entre los votantes brasileños.
“Si todo sigue como está ocurriendo, un gobierno Temer será impopular por causa de las duras medidas económicas que tendrá que tomar. Y ahí el PT aún puede tener una pequeña alternativa” , agregó.
El diputado Zé Geraldo prevé “un periodo muy difícil” para Lula: “El plan (de la oposición) no es aniquilar sólo a Dilma, sino al PT. La oposición quiere formar un gobierno de coalición y trabajar en la elección de un candidato para 2018” .
La batalla se va a jugar en gran parte en el tablero del poder judicial. La corte suprema aún debe decidir, en una sesión sin fecha marcada, si conserva las investigaciones sobre Lula, o si las vuelve a dejar en la manos del juez Moro.