Las mujeres fueron descubiertas luego de que los padres de una de las niñas colgaran de la cremallera de su mochila un oso de peluche con una grabadora. Fue así como notaron cómo denigraban a los estudiantes con frases como “qué asco me das” o “qué ganas tengo de darte una hostia”.
Estos tratos provocaron episodios de ansiedad, vómitos, pesadillas y falta de deseos por ir a estudiar en las víctimas. Por ello la fiscalía pidió dos años de cárcel para cada una e indemnizaciones de entre 20 mil y 30 mil euros por los daños psicológicos.
La tesis fiscal expone que los malos tratos comenzaron en 2019 por razón de la discapacidad de los niños. Las maestras, cuya identidad no fue revelada, empleaban tono “violento” y “amenazante”. Además, se logró documentar cómo en una ocasión sacaron a una niña a empujones al patio y le obligaron a dar siete vueltas corriendo porque “está muy gorda”.
Por su parte, el equipo que se encarga la defensa legal de las acusadas ha intentado invalidar el audio que captó los agravios aduciendo que la forma de obtenerlo fue ilegal. Además, acusan a los padres por el delito de revelación de secretos, según ellos, por extracción “interesada, sesgada, parcial y descontextualizada”, según informó el Diario ABC.