“Acepté por sentido del deber” , comentó Renzi a sus ministros, según fuentes parlamentarias.
La larga jornada de Renzi se inició con una reunión informal con Mattarella y concluyó con un segundo encuentro con el presidente de la República, árbitro de la crisis política tras la clamorosa derrota sufrida el domingo en el referéndum.
“Mi experiencia como jefe de gobierno llega hasta aquí” , anunció el domingo Renzi, poco antes de que se conociera oficialmente que el no a “su” reforma constitucional había conseguido el 59,95% de los votos.
“Asumo la responsabilidad de la derrota” , admitió.
Al no formalizar su renuncia, el clima político se congela por unos días, lo que permitirá a toda las formaciones bajar el tono del debate tras una tensa campaña, que dividió el país en dos.
La salida del comunicativo primer ministro tras el no a su propuesta de reforma constitucional no sólo agita al mundo político sino que genera mucha incertidumbre.
No se excluye que Mattarella convoque elecciones anticipadas, pero lo más probable es que nombre a una personalidad por encima de los partidos para que dirija “un gobierno técnico” encargado de reformar la actual ley electoral.
El partido populista y antisistema Movimiento 5 estrellas (M5S) y la formación de extrema derecha Liga Norte reclaman elecciones anticipadas aprovechando la ola de malcontento expresada con el voto.
“Vamos a hacer de todo para ganar las elecciones, el programa de gobierno y su equipo los vamos a votar la próxima semana por internet” , anunció Beppe Grillo, líder del M5S, en su blog.
Según los últimos sondeos, el M5S saldría ganador de las elecciones, una tendencia que los editorialistas comparan con lo ocurrido en Gran Bretaña con el Brexit y en Estados Unidos con el triunfo de Donald Trump.
Frustración y descontento
Otras formaciones políticas parecen estar de acuerdo con designar un gobierno de transición que reforme la compleja ley electoral.
La prensa baraja varios nombres para ocupar la jefatura de ese gobierno, entre ellos el ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, de 66 años, quien anuló su participación en la renión del Eurogrupo en Bruselas para quedarse en Roma.
Igualmente sonaba el presidente del Senado, el ex magistrado antimafia Pietro Grasso, de 71 años, una figura institucional.
Nombramientos que podrían servir para tranquilizar a los mercados, que temen una nueva fase de inestabilidad política en uno de los países fundadores de la Unión Europea.
El lunes por la mañana, la Bolsa de Milán abrió a la baja de 1,29%, con la mayoría de los bancos en rojo, pero se enderezó rápidamente. Pese a ello las tasas de interés de los títulos de deuda con vencimiento a 10 años subieron aunque no se dispararon.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Franck-Walter Steinmeier, estimó el lunes que “podemos alegrarnos de que los electores austriacos no votaran por el candidato de las fuerzas populistas, pero vemos el resultado en Italia con inquietud” .
“No es un mensaje positivo para Europa, en tiempos difíciles” , prosiguió Steinmeier.
Tras poco más de 1.000 días como primer ministro, sólo superado por Bettino Craxi y Silvio Berlusconi, Matteo Renzi deja detrás de él una Italia que consiguió recuperar el crecimiento pero no lo suficiente para cambiar la situación del país.
Llegó al poder en febrero de 2014 con un programa repleto de reformas. Pero, a pesar de su empeño y energía, su perseverancia no convenció a sus conciudadanos.
La mayoría de la clase política, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, e incluso críticos de la propia formación de Renzi, el Partido Democrático (PD) , estaba a favor del no a la reforma que, según ellos, otorgaba demasiado poder al jefe de gobierno.
El primer ministro había prometido que renunciaría si los italianos rechazaban las reformas que promovió.
La “reforma Boschi”, que lleva el nombre de la ministra de Reformas Maria Elena Boschi, iba a concentrar más poder en las manos del Gobierno y tenía como fin simplificar el sistema bicameral. El Senado iba a ser abreviado de 315 a cien miembros y ya no iba a ser elegido por el pueblo. Tampoco habría contado ya con el derecho de votar sobre todas las leyes.
Sus críticos la veían como anti-democrática, mientras que sus promotores decían que iba a volver más estable a Italia.
Renzi, de 41 años, fue elegido en febrero del 2014 como el jefe de Gobierno más joven en la historia del país por el Partido Democrático (PD).
Reacciones
Desde Francia no tardaron en llegar las reacciones. El presidente Francois Hollande afirmó que respetaba la decisión de Renzi. Hollande añadió que éste había promovido “valientes reformas”. Además, afirmó en París que compartía la voluntad de Renzi de orientar a Europa hacia el crecimiento y el empleo. Agregó que esperaba que Italia encuentre la fuerza necesaria para superar esta situación.
Por su parte, la líder del ultraderechista Frente Nacional de Francia, Marine Le Pen, celebró el rechazo a la reforma constitucional. “Los italianos rechazaron a la UE y a Renzi. ¡Esta sed de libertad para las naciones y de protección debe ser escuchada!”, escribió Le Pen en Twitter poco después de que se conocieran los resultados del referendo.
Tras poco más de 1.000 días como primer ministro, sólo superado por Bettino Craxi y Silvio Berlusconi, Matteo Renzi, deja detrás de él una Italia que consiguió recuperar el crecimiento pero no lo suficiente para cambiar la situación del país.
Llegó al poder en febrero de 2014 con un programa repleto de reformas. Pero, a pesar de su empeño y energía, su perseverancia no convenció a sus conciudadanos.
La mayoría de la clase política, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, e incluso críticos de la propia formación de Renzi, el Partido Democrático (PD) , estaba a favor del no a la reforma que, según ellos, otorgaba demasiado poder al jefe de gobierno.
“La victoria del no tiene muchos padres” , comentó en una editorial Mario Calabresi, director de La Repubblica. Pero además de esta convergencia política, se pone de manifiesto “la cólera, la frustración y el descontento: el voto de los que dicen no al desempleo, a la precariedad, a las incertidumbres y al empobrecimiento, pero también a los migrantes” .
Otra incógnita es saber si Renzi también dejará la dirección de su partido, totalmente dividido tras la batalla por el referendo
Ahora, todos los ojos se dirigen al presidente Mattarella, quien debe decidir cómo siguen las cosas. Puede aceptar la renuncia de Renzi o rechazarla.
Es probable que Renzi sea sucedido por un Gobierno de transición de tecnócratas hasta que se celebren nuevas elecciones parlamentarias en 2018. También podría haber elecciones anticipadas el año que viene. Renzi ya había dicho antes del referendo que no estaba disponible para un Gobierno de transición.
Renzi, ex alcalde de Florencia, es controvertido en su propio partido, especialmente por el ala más a la izquierda. De todas formas, se considera probable que se presente como candidato del PD en las próximas elecciones.
Entre los posibles candidatos a suceder a Renzi figuran el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, de 66 años; el presidente del Senado, Pietro Grasso, de 71 años; el ministro de Cultura, Dario Franceschini, de 58 años; el ministro de Transporte, Graziano Delrio, de 56 años; y el ministro de Industria, Carlo Calenda, de 43 años.