Las rachas más fuertes, de 193 km/h (120 mph), se registraron todavía en el mar, pero la ira del meteoro sigue amenazando a más de 800 kilómetros (500 millas) de costa.
En tanto, dos millones de personas en el sureste recibieron advertencias para que se desplazaran tierra adentro. Es la tormenta más poderosa que amenaza la costa estadounidense en el Atlántico en más de una década.
“Esta tormenta es un monstruo”, dijo el gobernador Rick Scott mientras comenzaban a sentirse los efectos de Matthew.
Mientras avanza con dirección, Matthew se ubica a unos 160 kilómetros o más de las costas de Florida, lo que ha evitado que los 4.4 millones de habitantes en las áreas de Miami y Fort Lauderdale resientan los efectos más fuertes.
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“Tuvimos suerte esta vez”, dijo Carlos Giménez, alcalde de Miami-Dade.
Ya se pronosticaba que Matthew tocaría tierra —o se acercara peligrosamente— el viernes en la madrugada al norte de West Palm Beach, que tiene aproximadamente 1.1 millones de residentes, y luego avance lentamente hacia el norte durante las siguientes 12 horas a lo largo del corredor de la carretera interestatal 95, a lo largo de Cabo Cañaveral y Jacksonville, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes.
Los meteorólogos dijeron que entonces es probable que siga a lo largo de la costa de Georgia y de Carolina del Sur durante el fin de semana antes de salir hacia el mar, y tal vez incluso girar de vuelta hacia Florida a mediados de la próxima semana como tormenta tropical.
Millones de personas en Florida, Georgia y Carolina del Sur recibieron instrucciones para evacuar sus hogares, y las carreteras interestatales fueron transformadas en vías de un solo sentido con el fin de agilizar el éxodo.
Tan sólo en Florida, 1.5 millones de personas recibieron tal aviso.
Muchas personas colocaron tablas en las ventanas de sus casas y negocios, y las dejaron a merced de la tormenta.
“No vamos a dejar nada al azar en este”, dijo Daniel Myras, que pasó apuros para hallar suficiente madera contrachapada para proteger su restaurante, The Cruisin Cafe, a dos cuadras del paseo marítimo de Daytona Beach.
“Mucha gente aquí se ríen y dicen que ya han pasado por tormentas antes y no están preocupadas. Pero creo que este es el que nos va a dar una llamada de atención”, agregó.
Los vientos del huracán se fortalecieron conforme se acercaba, y pasó de categoría 3 a 4. Los meteorólogos dijeron que podría arrojar hasta 381 milímetros (15 pulgadas) de lluvia y provocar marejadas de 2.7 metros o más.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, declaró el estado de Emergencia para Florida y Carolina del Sur, con lo que dio luz verde para el uso de dinero y personal federal con el fin de proteger vidas y propiedades.
El aeropuerto de Fort Lauderdale cerró sus puertas, y el de Orlando también tenía planeado hacer lo mismo.
Las aerolíneas cancelaron más de tres mil vuelos el jueves y el viernes, muchos de ellos en Miami y Fort Lauderdale.
Los afamados parques temáticos de Orlando —Walt Disney World, Universal Studios y SeaWorld— cerraron.
Mathew provocó la muerte de cuando menos 114 personas a su paso por el Caribe.
Las autoridades dijeron que cuando menos 108 de esos fallecimientos fueron en el empobrecido Haití, donde muchos poblados quedaron aislados y la magnitud del desastre apenas estaba siendo captada dos días después.
A las 20, hora del este, Matthew se ubicaba a unos 120 kilómetros al este de West Palm Beach, desplazándose hacia la ciudad a unos 20 kph (13 mph).
Refugios abarrotados
Los refugios del este de Florida estaban abarrotados el jueves en una carrera frenética para salvar personas y mascotas del “potencialmente desastroso” huracán Matthew, que promete devastar la costa con vientos de categoría 4 o incluso 5.
El refugio más grande de St. Augustine -un pintoresco balneario fundado en el siglo XVI en el litoral oriental- ya estaba en el límite de su capacidad con 500 personas y sus autoridades negaban la entrada a frustrados huéspedes, que debían devolverse bajo la lluvia y con las almohadas bajo al brazo.
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Los huéspedes “comenzaron a llegar ayer (jueves) por la tarde y se quedarán hasta que las autoridades de manejo de emergencias nos digan que se queden”, dijo el director de la escuela secundaria Pedro Menéndez, Clay Carmichael.
Las 500 personas estaban ordenadamente echadas en cobijas o colchonetas sobre el suelo de la cancha de básquetbol. Y aunque imperaba el nerviosismo, algunos -sobre todo niños y ancianos- aprovechaban para socializar.
Riendo, la puertorriqueña María Maldonado, de 86 años, contó que había venido a Florida al bautismo de su bisnieta y que ahora estaba varada allí, sobre una silla de campamento. “No es la vacación perfecta, pero nos tratan bien”, dijo.
Decreta emergencia
El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó hoy una declaración de emergencia para el estado de Florida ante la amenaza del huracán Matthew, de categoría 4 y “extremadamente peligroso”.
La declaración firmada por Obama permite destinar ayuda federal a los esfuerzos estatales y locales para hacer frente a las “condiciones de emergencia” provocadas por Matthew, que se aproximaba hoy a la costa sureste de Florida.
El gobernador de Florida, Rick Scott, advirtió hoy en una rueda de prensa de que “millones de floridanos se quedarán sin luz eléctrica” tras el embate del huracán, que ya ha pasado por Colombia, Venezuela, la República Dominicana, Haití, Cuba y Bahamas, dejando torrenciales aguaceros y fuertes vientos en las zonas donde tocó tierra.
Scott ha alertado de que un impacto directo de Matthew en Florida podría causar una destrucción masiva como no se ha visto en el estado desde el paso del huracán Andrew en 1992, y por ello había solicitado una declaración de emergencia para la región por parte de Obama.
En su declaración, Obama autoriza al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) a coordinar los esfuerzos de ayuda y a proporcionar la asistencia apropiada a las zonas afectadas.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, explicó hoy en su rueda de prensa diaria que Obama está recibiendo actualizaciones constantes sobre la evolución de Matthew.
Earnest alertó de que Matthew puede ser el “mayor y más poderoso” huracán que golpea a EE.UU. en una década y urgió a los habitantes de las áreas amenazadas por el ciclón a seguir las instrucciones de las autoridades locales, incluidas las órdenes de evacuación.
Matthew se reforzó hoy con vientos máximos de 220 kilómetros por hora mientras se aproximaba a la costa sureste de Florida, según informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU.
En su boletín de las 15.00 GMT de hoy, el CNH indicó que el poderoso huracán se encontraba a 40 kilómetros al oeste noroeste de Nassau (Bahamas) y a 290 kilómetros al sureste de West Palm Beach, en Florida.
Se ha ampliado el aviso de huracán (paso del sistema en 24 horas) en Florida hacia el noroeste hasta Edisto Beach, en el estado de Carolina del Sur, y emitido un aviso de tormenta tropical para la costa oeste de Florida desde Anclote River hasta Suwannee River.
Matar el tiempo
El impacto de Matthew en Flroida se prevé “potencialmente desastroso” y “los vientos en los edificios altos serán en promedio de una escala más alta a los vientos en la superficie”, informó el NHC.
El río St. Johns, que desemboca entre Jacksonville y St. Augustine, podría tener crecidas de 2 a 3 metros. El área, casi toda bajo órdenes de evacuación, había dispuesto al menos 10 refugios para los que no podían irse de la zona.
Los comedores de las personas sin hogar también abrieron sus puertas y las autoridades buscaron a los residentes que no tenían medio de transporte en autobuses escolares.
El refugio de mascotas de la escuela Timberly Creek tenía un centenar de perros y unos 50 gatos que ladraban y maullaban nerviosamente en sus jaulas, lejos de los pájaros y los roedores, más silenciosos.
El olor era fuerte, el aire denso y el estruendo de los animales alto y constante.
“Ya sé, es una locura”, gritó Nat Walters, de la oficina de control de animales del condado de St. Johns, mientras se alejaba de los animales para hablar con AFP. “Este es uno de los dos refugios de mascotas en el condado, de hecho no puedes venir aquí si no tienes una mascota”.
Los perros miraban tristemente entre los barrotes y se agitaban al escuchar pasos humanos. Sus dueños los visitaban de vez en cuando, compungidos.
Una mujer de 55 años entró al refugio en silla de ruedas y llevando a un perrito de la correa. Sin dar su nombre, contó que su marido había muerto días atrás. “Es la primera vez que estoy en una situación así”, lloraba.
Adentro del gimnasio que refugiaba a los humanos, un centenar de personas mataba el tiempo echada sobre cobijas. “Esto apesta”, dijo Dina Capuano, malhumorada porque debía “haber ido a un hotel”.
Pero cuando decidió obedecer la orden de evacuación, ya era tarde y no encontró habitaciones disponibles.
Al menos su hijo de nueve años pasaba el rato jugando cartas con la abuela, un juego que los dos podían disfrutar.
Inundaciones, la principal amenaza
La principal amenaza al sureste de Estados Unidos no serán los poderosos vientos del huracán Matthew, ya que los edificios más nuevos han sido construidos para resistirlos. Será el agua, el letal oleaje generado por un huracán tan masivo.
#HurricaneMatthew begins to whip #Florida. Live cam from #FortLauderdale via @EarthCam: https://t.co/RRt3dklw4D pic.twitter.com/Uypcez9FVZ
— AerisWeather (@AerisWeather) October 6, 2016
Ese oleaje podría amenazar vidas y propiedades mucho antes de que el vórtice se acerque a tierra, por lo que el Centro Nacional de Huracanes en Miami ha emitido advertencias experimentales para marejadas por tormentas y advertencias de peligrosas inundaciones para unos 800 kilómetros (500 millas) de litoral desde Boca Raton en el sur de Florida hacia el norte hasta Charleston, South Carolina. Matthew ya dejó más de 100 muertos en el Caribe.
Las inundaciones generadas por el oleaje y la lluvia de las tormentas se han combinado para causar tres cuartas partes de los fallecimientos en Estados Unidos a consecuencia de los huracanes, las tormentas tropicales y los ciclones durante el último medio siglo, incluidas al menos 1.500 muertes durante el huracán Katrina, de acuerdo con el centro de huracanes.
Estos prototipos de advertencias están entre los cambios en los pronósticos efectuados después de que el paso de la supertormenta Sandy dejó entrever con cuánta frecuencia el público no comprende los riesgos de inundación a consecuencia de las tormentas tropicales. Los meteorólogos modificaron su vocabulario para explicar cómo pueden ocurrir inundaciones lejos de la costa, y ahora publican gráficos interactivos que ilustran los riesgos del océano, así como en las sondas, las bahías y los lagos.
Reporter Can’t Walk in Strong Winds
This is how strong the winds are in Paradise Island, Bahamas
Posted by The Weather Channel on jueves, 6 de octubre de 2016
Los niveles del agua se elevaban incluso en ciudades tan al norte como Jacksonville el jueves por la mañana a medida que un Matthew fortalecido azotaba las Bahamas y seguía rumbo a Florida, dijo Jamie Rhome, líder del equipo especializado en oleaje de tormentas en el centro de huracanes.
“La reacción del océano al huracán se extiende bastante por delante de él, y eso sorprende a la gente con la guardia baja”, advirtió Rhome.
Dijo que partes de Florida, tales como el área de Cabo Cañaveral o comunidades a lo largo del río St. Johns, podrían ver el agua elevarse hasta 2,7 metros (9 pies) por encima del suelo, un nivel que supera por mucho la estatura de los adultos.
“A esos niveles amenaza la vida porque no sube lentamente. Viene con olas y corrientes y escombros que flotan”, señaló Rhome.
Cancelación de vuelos
Las aerolíneas cancelaron cientos de vuelos para el jueves y el viernes a medida que el huracán Matthew golpeaba la costa de Florida con fuertes vientos y lluvias.
El aeropuerto de Fort Lauderdale dejó de operar el jueves por la mañana, y más al norte se esperaba que el de Orlando hiciera lo propio al anochecer.
Antes de las 2 de la tarde tiempo del este, el servicio de rastreo de vuelos FlightAware.com reportó que 1.500 vuelos del jueves dentro de Estados Unidos habían sido cancelados, muchos de ellos en Fort Lauderdale y Miami. American Airlines, que tiene un importante centro de operaciones en Miami, fue la aerolínea más afectada, seguida por Southwest Airlines y JetBlue Airways.
FlightAware indicó que las líneas aéreas ya habían cancelado 1.300 vuelos más programados para el viernes. Por su parte, Delta Air Lines dijo que probablemente las cancelaciones se extenderían a la zona costera de Georgia y la de South Carolina el sábado.
Con frecuencia, las aerolíneas suelen cancelar vuelos antes de que lleguen las tormentas con el fin de evitar que los pasajeros se queden varados en los aeropuertos y para mantener a sus aviones en posición de recuperarse después de que pase el mal clima.
Muchas líneas aéreas le estaban permitiendo a los pasajeros alterar sus planes y demorar sus viajes algunos días sin incurrir en la cuota usual por modificar un boleto, la cual puede ser de 200 dólares para los vuelos internos. Algunas, incluidas United Airlines, JetBlue y Spirit Airlines, también dijeron que no aplicarían la diferencia en la tarifa para el nuevo boleto.
En el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood el jueves, el último vuelo en partir fue un jet de Southwest rumbo a Baltimore, que salió justo un poco antes de que venciera el límite establecido a las 10:30 de la mañana para el último despegue.
Las autoridades del Aeropuerto Internacional de Orlando tuitearon que esperaban que éste cerrara sus operaciones para el tráfico comercial a las 8 de la noche y no reabriría hasta el sábado.