Según las declaraciones del menor, el crimen se originó luego de una acalorada discusión con su madre, quien lo había castigado quitándole el internet y su consola de videojuegos por sus malas calificaciones.
Ante esto, narra el joven: “Subí a mi habitación, me puse a pensar y tomé la escopeta”, que era propiedad del padre. El menor cuenta que asesinó a su madre primero, con dos disparos, uno en la espalda y el otro para “rematarla”.
Su hermano menor, luego de ver la escena, intentó escapar de la casa, pero lo persiguió hasta dispararle.
También comenta que esperó de cuatro a cinco horas hasta que llegara su padre del trabajo, quien también fue asesinado.
Luego del crimen, el joven escondió los cadáveres en un cobertizo de su casa. También indican los reportes de las autoridades que el menor se hizo pasar por su madre a través de WhatsApp, indicando a los grupos escolares que sus hijos no iban a ir a clases, su excusa fue porque se habían enfermado de coronavirus.
A pesar de que el joven declaró lo que hizo el viernes 11 de enero, el crimen se habría producido mucho antes. Según las autoridades, el asesinato se realizó el martes 8 de enero.
Los investigadores del caso declararon que les resultaba inquietante la reacción “fría” del menor al momento de declarar el asesinato, no mostrando en ningún momento un sentimiento de arrepentimiento, tristeza o dolor.
El menor fue internado en un centro de detención de menores en Valencia, en un régimen cerrado luego de adjudicarle el crimen de parricidio. También se indicó que las autoridades dieron por cerrada la investigación, ya que las declaraciones del menor fueron suficientes para armar la escena del crimen.
Los vecinos y compañeros del menor lo describían como alguien “muy tímido” y que “no era alguien que provocaría algún daño a alguien”. Sus compañeros decían que el joven era muy activo en redes sociales y sobre todo en los videojuegos y que “Nunca se esperaban algo así de él”.
