Oficialmente, las autoridades informaron que todos los reclusos de dicho penal fueron “trasladados a los centros federales de readaptación social que determine el Comisionado de Prevención y Readaptación Social”. Los guardias penitenciarios también serán enviados a otras cárceles y no perderán su empleo.
Esta prisión, criticada durante años por las condiciones de los presos, fue el último centro penitenciario mexicano que pisó el Chapo antes de ser extraditado en enero de 2017 a Estados Unidos, donde fue condenado a cadena perpetua.
El Chapo fue enviado a este penal en la frontera con Estados Unidos en mayo de 2016 desde la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, donde había sido encerrado al ser recapturado por segunda vez.
Según el informe penitenciario de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la cárcel federal de Ciudad Juárez tenía en 2019 una población de 541 reclusos de una capacidad para 1.216 presos.
Por ahora, las autoridades no han definido cuál será el destino del inmueble donde se encontraba la cárcel.