“Desafortunadamente tengo la confirmación de una defunción, no he podido determinar las causas (…) pero fue una persona que se trasladó en una ambulancia con traumatismo de cráneo”, dijo Raúl Miliani, subsecretario de Protección Civil del conflictivo estado de Guerrero, al que pertenece Acapulco.
El funcionario identificó al fallecido como Claudio Castillo. Según Manuel Rosas, un vocero de los maestros, Castillo era un profesor jubilado de 65 años que murió después de ser golpeado por la policía.
El choque entre policías y maestros comenzó la tarde del martes cuando unos cinco mil maestros de Guerrero llevaban unas seis horas bloqueando el paso de vehículos al aeropuerto internacional del turístico Acapulco para exigir mejores condiciones salariales así como justicia por el crimen de los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos y presuntamente masacrados en septiembre en Iguala (Guerrero).
En el desalojo hubo 112 detenidos según Rosas, quien es un vocero de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), una corriente radical del sindicato nacional de maestros que acostumbra a protagonizar contundentes protestas.
De su lado, la Secretaría de Gobernación (ministerio del Interior) dijo en un comunicado que la policía federal “privilegió el diálogo” durante toda la jornada para solicitar a los maestros que se retiraran de los accesos del aeropuerto.
“La reacción de los manifestantes fue atacar al contingente policial con un autobús que habían utilizado para su traslado y agredieron a los elementos federales lanzando piedras y diversos objetos”, dijo Gobernación.
Al tratar de desalojar a los maestros se produjo un enfrentamiento que acabó con siete policías lesionados por el impacto del autobús y al menos cinco manifestantes heridos, dijo la dependencia.
Gobernación señaló que hubo “agresores” detenidos que fueron puestos a disposición de la fiscalía, pero no especificó su número.
Walter Añorve, uno de los dirigentes de la Ceteg, aseguró que se teme por la integridad de varios docentes que fueron llevados por policías “y no se sabe donde están”.