En principio, las fumigaciones aéreas podrían durar unas cuatro semanas, según el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, y se combinarán con la fumigación sobre el terreno que ya se realiza desde hace semanas.
La tripulación y el avión utilizado en la operación sanitaria proceden de Sarasota, en la costa oeste de Florida (sureste de EE.UU.) .
Se trata de un aparato de doble motor equipado con unas toberas especiales para arrojar el producto químico denominado “Naled” sobre las zonas afectadas y de riesgo, agregó el medio.
Giménez dirige desde el pasado martes el equipo de control de mosquitos del condado, centrado en el empleo de larvicidas y la fumigación aérea en el área de unas 10 millas cuadradas donde se detectaron los casos locales de zika, enfermedad transmitida por los mosquitos de la especie Aedes aegypti.
El avión volará de regreso a Sarasota después de cada pulverización aérea.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. recomendaron este lunes a las embarazadas que no visiten los lugares del foco y a las que residen en esos sitios que extremen las medidas de precaución para no correr el riesgo de contagiarse un virus que puede causar microcefalia y enfermedades neurológicas a los hijos que están esperando.
El director de los CDC, Tom Frieden, considera más compleja de lo que se pensaba esa lucha, porque no descarta que esos “duros” mosquitos sean resistentes a los insecticidas habituales, algo imposible de comprobar de manera inmediata.
Además de las fumigaciones aéreas se fumiga en el terreno y se están tomando muestras de sangre a los vecinos de las zonas afectadas para determinar si padecen zika, enfermedad que puede ser asintomática.