En Scheveningen, cerca de La Haya, donde es organizada la “más grande zambullida de Año Nuevo en el mundo”, al menos 10 mil bañistas, con gorras de baño naranjas, color nacional neerlandés, se lanzaron al mar al mediodía a la búsqueda de olas revigorizantes y lanzando gritos de guerra, para salir enseguida del agua, con una temperatura de 7ºC en medio de la bruma y el frío aire marino.
“¡Es una manera fresca de comenzar el año!”, exclama Mary Adriaensen, de 35 años, originaria de Arnhem, en el este del país, quien junto a tres amigas vivió esta experiencia por primera vez.
Algunos minutos antes de la gran zambullida helada, turistas asiáticos se tomaban fotos de grupo inmortalizando los instantes previos.
Fiesta en la orilla del mar
Más lejos, una Mamá Noel sexagenaria, calzando zapatillas de natación, bailaba al son de canciones populares holandesas difundidas en la playa mediante megafonía.
“Es divertido y loco”, subrayan Anneta Sylwia y Maviusz Kvnysztof, de 37 y 35 años. Hace cuatro años que viajan desde Alemania junto a sus hijos y amigos para comenzar el año de manera glacial.
Podían verse haciendo ejercicios de recalentamiento en la arena antes de entrar al agua, hacia las 11.53, a jóvenes disfrazados de gorila o plátano, siete minutos antes del momento de la zambullida crucial.
7 grados centígrados alcanzan las aguas del mar.
Los organizadores afirmaron que la temperatura de 7ºC que registraba el agua “no era excepecionalmente fría, sino normal”.
En total, en esta edición 57º de la gran zambullida, participaron unas 52 mil personas en 142 lugares de Holanda, al igual que en otros 22 en todo el mundo, desde la isla de Curaao hasta Australia, pasando por Gambia.
