En caso de un posible incendio, los expertos destacan que el jefe de inmersión puede llevar al submarino a la superficie de inmediato mientras la tripulación se coloca máscaras de oxígeno auxiliados de un dispositivo que en tan sólo cinco segundos puede proveer de ese compuesto a toda la tripulación.
La maniobra de salir a la superficie se logra por electroválvulas que suministran aire comprimido que prácticamente eyecta al aparato aún estando a oscuras y sin energía.
“¿Por qué si hubo un siniestro, no pudieron ejecutar esta maniobra?”, se cuestiona un experto citado por ese matutino.
Potente teléfono subacuático, último recurso no utilizado por la tripulación del ARA San Juan.
Otro de los recursos que son utilizados a último minuto en una emergencia es la radiobaliza. Según explican los expertos, es un artilugio en el buque que es activado para alertar y dar la posición a través de varias señales para facilitar la búsqueda y tareas de rescate.
“La radiobaliza es el último recurso que emplea el comandante cuando tiene riesgo de hundimiento y todavía no la usó”, dijeron voceros navales citados por Clarín.
Otro artilugio con que contaba el ARA San Juan es un cilindro que al liberarse a la superficie por una emergencia deja un rastro de color verde que puede ser detectado por cualquier otro medio de transporte. Esta coloración puede extenderse hasta un kilómetro alrededor del lugar en que se encuentra el buque.
A los objetos de maniobras por emergencia se suman dos balsas que pueden eyectarse desde las profundidades para que la tripulación pueda utilizarlas. En este caso tampoco fue activado ese recurso.
Finalmente, los expertos dicen que el submarino va equipado por un teléfono independiente llamado subacqua, “que permite hacer un típico llamado de voz hacia otro buque a una distancia de 500 a mil metros de distancia”, finaliza el artículo.