La fiscalía había anunciado a mediados de diciembre que entre los coacusados había 70 miembros del palestino Hamas y del libanés Hezbolá, juzgados en ausencia.
El ministerio público acusa a militantes de los Hermanos Musulmanes -la cofradía de Mursi-, de Hamas, de Hezbolá y a yihadistas de haber atacado prisiones y puestos de policía, matando a policías y ayudando a miles de presos a escapar durante los primeros días de la revuelta que puso fin al régimen de Hosni Mubarak, y tras la que Mursi llegó al poder.
Este último fue depuesto a principios del pasado mes de julio tras varios días de manifestaciones en las que se le acusaba de no saber gestionar el país y de servir sólo a los intereses de su cofradía.
Los Hermanos Musulmanes fueron designados la semana pasada como “organización terrorista” por las autoridades egipcias, por lo que sus miembros se enfrentan ahora a hasta cinco años de prisión por participar en manifestaciones o poseer escritos o grabaciones de la cofradía; y sus dirigentes, a la pena capital.