Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue asesinado por un francotirador a quien la ultraderecha le pagó unos US$400.
Ese asesinato se produjo al inicio de la guerra civil en El Salvador (1980-1992), que causaría 75 mil muertos y al menos siete mil desaparecidos, y obligó a emigrar a tres millones de salvadoreños.
Lea más: 1980: Arzobispo de San Salvador pereció ametrallado
En tanto, el papa Pablo VI, nacido Giovanni Battista Montini en 1897, terminó durante su pontificado el concilio Vaticano II lanzado por su predecesor Juan XXIII. Había sido beatificado en octubre de 2014.
Según el sitio especializado Vatican Insider, el milagro que permite la canonización del papa italiano se refiere a una niña nacida muy prematuramente el 25 de diciembre de 2014, cuando los médicos habían aconsejado un aborto terapéutico.
Pablo VI fue criticado por su “no” en 1968 a la píldora anticonceptiva.
El papa Francisco ya canonizó a Juan XXIII (1958-1963) y a Juan Pablo II (1978-2005). Está en curso un procedimiento de beatificación de Juan Pablo I, fallecido 33 días después de su elección en 1978.
Podría hacer escala
El cardenal salvadoreño José Gregorio Rosa Chávez afirmó hoy, tras asistir al anuncio de que la canonización de Óscar Arnulfo Romero será el 14 de octubre en el Vaticano, que al papa Francisco le gusta la idea de poder hacer una parada en El Salvador durante su viaje a Panamá en enero de 2019.
Además: La noche en que mataron a monseñor Romero: entrevista con el hermano del mártir
Rosa Chávez asistió este sábado por invitación del papa al consistorio ordinario, reunión de cardenales, en el que se comunicó la canonización del papa Pablo VI y de Romero, asesinado antes del estallido de la guerra en su país en 1980, y unidos ambos por una estima recíproca.
“Esperemos a ver lo que dice el Vaticano, pero sé que la idea de hacer una parada ha gustado aquí y también al Papa le ha gustado, me ha comunicado su simpatía por esa idea”, aseguró Rosa Chávez, nombrado cardenal por Jorge Bergoglio.
Contenido relacionado
> El camino de monseñor Óscar Arnulfo Romero hacia los altares
