Los vendedores y sus familias suelen dormir en ese decrépito recinto de la ciudad portuaria de Zamboanga para vigilar su mercancía, esencialmente ropa usada y verduras, dijo.
“Las víctimas quedaron atrapadas en el edificio en llamas. No pudieron encontrar la forma de salir”, dijo Tuttuh.
Dos de los seis niños que murieron tenían un año, mientras otras 13 personas se hallan en el hospital con quemaduras graves.
Los incendios en suburbios, mercados y fábricas son frecuentes en Filipinas, donde a menudo no se respetan las normas de seguridad.
Un total de 162 personas murieron y otras 94 resultaron heridas en una discoteca en Manila en 1996, en uno de los incendios más graves registrados en el país.