De acuerdo con el relato de la fuente, los dos autobuses, que cubrían la ruta entre Quetta y Karachi, la segunda ciudad en importancia de Pakistán, fueron secuestrados por separado a la altura de la localidad de Mastung, a unos 50 kilómetros de la primera ciudad.
De allí fueron llevados a una zona montañosa, donde se ha producido un enfrentamiento con los cuerpos de seguridad que aún continúa y durante el cual han sido liberadas seis personas, una de ellas herida, indicó el portavoz del Cuerpo de Fronteras, Manzoor Ahmed.
“La operación continuará mientras quede vivo un insurgente y la zona sea limpiada”, indicó Ahmed, al explicar que los pasajeros no pertenecen a ninguna facción religiosa concreta.
Tras el atentado, la oficina del primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, emitió un comunicado de condolencias por los fallecidos en Mastung y demandó la detención de los responsables de este “horrendo crimen” de manera inmediata.
-Ola de violencia-
Estos ataques se producen dos semanas después de que un grupo de 12 insurgentes asesinó a 45 personas de la rama ismailita del chiismo tras acribillar un autobús en Karachi, en un atentado supuestamente reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los atentados de carácter sectario en Pakistán, en especial contra la minoría chií, que representa un 20 % de la población del país, se han incrementado en los últimos años en medio del recrudecimiento general de la violencia terrorista desde finales del 2012.
En junio del 2013, un atentado cerca de un centro de rezo chií en Queta causó la muerte a 30 personas y heridas a otras 60, mientras que a principios del 2014, tres matanzas en barrios chiíes de esa misma ciudad y Karachi causaron más de 250 muertos.
Baluchistán es una provincia fronteriza con Afganistán e Irán, la más extensa y menos poblada de Pakistán, que es escenario habitual de ataques de grupos secesionistas, milicias islamistas y redes mafiosas que operan en todo ese país.