Rodeado por miles de personas, Mujica, acompañado de su sucesor Tabaré Vázquez -que asumirá el domingo el tercer mandato presidencial consecutivo de izquierda- llamó emocionado con sus brazos a los presentes al finalizar su discurso. La gente reaccionó y en medio del desorden algunos lograron abrazarlo.
“Si tuviera dos vidas las gastaría enteras para llevar tus luchas, porque es la forma más grandiosa de querer la vida que he podido encontrar a lo largo de mis casi 80 años” , agregó el jefe de Estado, que puso a Uruguay en el mapa con su estilo de vida austero, su constante prédica anticonsumista y en especial impulsando una inédita ley que reguló la marihuana.
“No me voy, estoy llegando, me iré con el último aliento, donde esté estaré por ti, estaré contigo porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo” , concluyó Mujica, y el canto de “Pepe no se va” inundó la plaza Independencia, ubicada frente a la sede del gobierno.
Decenas de banderas del oficialista Frente Amplio (FA) , máscaras de Mujica y una representación del ya famoso auto Fusca celeste -que ganó fama mundial por ser uno de los bienes más preciados del mandatario- llenaron de color la plaza en la que se levanta el escenario que el domingo acogerá el cambio de mando.
“Se me caen las lágrimas, vine a abrazar al Pepe, que es un ejemplo de vida, porque después de ser torturado y estar más de 10 años preso se levantó y sin rencores siguió trabajando por nosotros”, dijo Alba Martínez, una jubilada que entre lágrimas cantó la clásica canción “A don José” , dedicada al héroe nacional uruguayo José Artigas, entonada por Braulio López, un famoso artista local, al finalizar el acto.