Los manifestantes marcharon por el bulevar Morazán hasta el edificio de la embajada de Estados Unidos, este, en un recorrido de medio kilómetro.
“Sobrevivientes indignados. Justicia tardía no es justicia” , se leía en una manta blanca alzada por manifestantes, mientras otros gritaban consignas como “Pueblo únete” y “Queremos una nación sin corrupción”.
El presidente aceptó el pasado 3 de junio haber sido informado por personal de contabilidad del oficialista Partido Nacional (PN, derecha) que unos US$94 mil de fondos desviados del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) fueron a parar a las finanzas de la campaña que lo llevó al poder.
La fiscalía investiga el desvío de más de US$300 millones del IHSS a cuentas de funcionarios de la administración anterior (2010-2014) , del mismo PN, así como de empresarios privados.
Hernández sostuvo que él mismo dio la orden de investigar la corrupción en el Seguro y dijo que continuará las pesquizas “caiga quien caiga”.
El mandatario, quien se encuentra de gira por Europa, sostiene que por primera vez un gobierno está combatiendo en serio la corrupción y promoviendo la transparencia en la administración pública.
La fiscalía investiga el desvío de más de US$300 millones del IHSS a cuentas de funcionarios de la administración anterior (2010-2014) , del mismo PN, así como de empresarios privados.
En la anterior marcha, del pasado 5 de junio, participaron dirigentes del partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) , incluyendo a su fundador, el expresidente Manuel Zelaya, derrocado en el 2009, y el excandidato del Partido Anticorrupción (PAC, centro) , Salvador Nasrala.
Sin embargo, los dirigentes de los partidos desistieron de participar este viernes debido a la presión de los “indignados” y de organizaciones de la sociedad civil que han pedido marchar sin banderas de partidos políticos.
Activistas del PN también han marchado por su lado apoyando a Hernández y coreando consignas contra Zelaya, a quien acusan de corrupción durante su gobierno.
Las movilizaciones contra Hernández se han extendido a más de 20 ciudades en Honduras, y han tenido eco en algunas comunidades de migrantes en Estados Unidos.