Rawabi, que quiere decir “colinas” en árabe, es un sueño del constructor palestino-estadounidense Bashar Masri.
Pero el proyecto, iniciado en el 2007, ha tropezado con numerosos obstáculos políticos y las obras arrancaron recién en el 2012.
La ciudad se encuentra en una colina aislada y es la primera urbe palestina que se construye a partir de un diseño moderno.
Su prolija organización y las modernas instalaciones contrastan con los caóticos pueblos y ciudades palestinos de la zona.
Los primeros residentes comenzaron a instalarse en enero.
Mahmoud Khatib vino con su esposa y tres hijos de un pueblo vecino porque quería vivir en una ciudad moderna. Al principio “fue tan solo una idea”, dijo el empleado bancario de 41 años.“Pero se hizo realidad”.
Su esposa Sanaa, de 40 años, se siente feliz.
“Todo está bien organizado. Hay una zona de juegos segura para los niños y una no se preocupa cuando salen. Hay servicios centrales, disponibles las 24 horas”, señaló. “Es el tipo de lugar en el que una sueña vivir”.
Independencia
Los palestinos consideran la Margen Occidental del río Jordán, que Israel capturó en 1967, como parte de su estado independiente, junto con el sector oriental de Jerusalén y la Franja de Gaza.
A partir de acuerdos interinos alcanzados hace dos décadas, el gobierno palestino administra aproximadamente un tercio del territorio.
El resto sigue bajo control israelí y allí se han instalado unos 370 mil colonos judíos.
La última ronda de conversaciones de paz se suspendió hace dos años y hay pocas perspectivas de que se reanuden, y menos de que se firme la paz.
Masri afirmó que uno de los principales obstáculos fue conseguir el visto bueno de Israel para una ruta de acceso y una fuente de agua para la ciudad, trámites que tomaron años.
“Cuando lidias con una tierra ocupada, no lidias con una verdadera nación”, señaló. “Lidias con un sistema muy feo”.
Rawabi cuenta hoy con un permiso renovable cada año para usar una carretera que pasa por un territorio controlado por Israel.
Unas tuberías que recorren el mismo sector llevan 300 metros cúbicos de agua diarios, que no alcanzan a cubrir las necesidades de los residentes y de las obras de construcción en marcha.
Se está trayendo más agua en camiones cisterna y hay quienes van a buscar agua a un pueblo cercano.
Masri dijo que la próxima batalla es triplicar el ancho de la carretera de siete metros y el abastecimiento de agua.
Agregó que israelíes de un asentamiento vecino han acudido a los tribunales para tratar de frenar la expansión de Rawabi.
“Creo firmemente que se está creando un estado palestino y que parte de los cimientos de un estado con todas las de la ley es una economía fuerte y un alto nivel de vida”, expresó Masri.
La Coordinadora de Actividades del Gobierno en los Territorios ocupados de Israel atribuyó las demoras a la reticencia de las autoridades palestinas a formar una Comisión Conjunta del Agua, pero indicó que, de todos modos, se había aprobado una red de suministro de agua y que se estaba trabajando para mejorar las entregas.
Agregó que trabaja con el empresario palestino para resolver el tema del acceso a las carreteras.
Unas 250 familias viven actualmente en la ciudad y se espera que haya unas 60 mil personas cuando se complete el proyecto dentro de cinco años.
Para Masri, Rawabi es una ciudad histórica, “la primera urbe palestina creada en mil años”, y está convencido de que surgirán más ciudades como esta.
La construcción de Rawabi ha requerido una inversión de US$1mil 200 millones hasta ahora.
Los fondos los aporta una compañía palestina de Masri y el grupo catarí Diar.
Un departamento de tres dormitorios cuesta unos US$100 mil, aproximadamente un 25% menos que en la vecina Ramala, la principal ciudad palestina de la Margen Occidental.
Rawabi cuenta con un anfiteatro con capacidad para 12 mil personas, una zona industrial, escuelas y el primer centro comercial descubierto de la Margen Occidental.
Se está construyendo una mezquita y una iglesia que servirá a la minoría cristiana de Palestina. Se calcula que el 10% de los residentes de Rawabi serán cristianos.
Masri puede visualizar el futuro.
“Me encantaría sentarme en un café de Rawabi y ver a la gente disfrutando, viviendo en un ambiente agradable y siendo feliz”, afirmó.
“Nos merecemos un poco de calma y de felicidad. Hemos sufrido mucho por decenas y decenas de años. Nos merecemos algo mejor”.