Algunos de los implicados en el plan, principalmente los cabecillas, fueron capturados y devueltos a sus países, donde tenían cuentas pendientes con la Justicia, según la información que por primera vez dan a conocer funcionarios de la Administración de Hernández, que asumió el poder el 27 de enero del 2014.
Las amenazas contra Hernández, quien hoy comienza una visita a Washington, comenzaron cuando era presidente del Parlamento (2010-2014) , desde donde impulsó unas 23 leyes para el combate de la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico, recordó Pacheco.
Las nuevas leyes comenzaron a surtir efecto en ese país en el 2014 con el desmantelamiento de bandas de narcotraficantes, la incautación de varios bienes mal habidos y la extradición de alrededor de una decena a Estados Unidos, acusados de introducir droga en este país, recordó el alto funcionario.
-Presidente en la mira-
Ante esa situación, “el hombre, el enemigo a atacar es el presidente de la República, porque él es la cabeza visible de toda la estrategia y quien les está atacando y les está haciendo daño” a los narcotraficantes, subrayó Pacheco.
El canciller hondureño, Arturo Corrales, quien entonces era ministro de Seguridad, dijo que el plan de asesinar al presidente también fue confirmado por Estados Unidos, cuyas autoridades notificaron a Tegucigalpa lo que estaba ocurriendo.
“Se sabe los montos que se estaban pagando, se sabe las personas que vinieron a Honduras de origen mexicano, se sabe dónde estuvieron operando, hay llamadas telefónicas, hay confesiones en las llamadas telefónicas” , enfatizó Corrales.
Agregó que el servicio de inteligencia del país logró desbaratar el plan, lo que no solamente implicó la captura de nacionales y extranjeros, sino que también se hallaron “armas que confirmaban la forma en que iba a ser asesinado el presidente” .
Corrales dijo que entonces, aún cuando se había capturado a los presuntos responsables del plan para eliminar al gobernante y atentar contra otros miembros de su familia, la denuncia no se hizo por deseo del propio presidente.
“El presidente ahí tomo una decisión, para mí estratégica, pero además valiente; obviamente, podían existir dos acciones, la de introducir miedo para que se detuvieran las cosas, pero también meter distracción de lo que se estaba haciendo” , agregó.
-Desmantelar bandas-
En opinión del presidente, según dijo Corrales, era más importante para él seguir con el plan global de todas las capturas y de los desmantelamientos de las bandas que distraer recursos y capacidad en otras cosas.
“Ni nos van a distraer a nosotros como Gobierno, ni van a distraer al país con esta información, ni vamos a distraer nuestros trabajos de seguridad, tenemos que seguirlos cumpliendo” , fue la respuesta de Hernández, acotó Corrales.
La fecha para asesinar al presidente que los narcotraficantes habían programado era entre el 20 y 21 de septiembre, cuando Hernández llegara en helicóptero al aeropuerto de la ciudad de Gracias, en el occidental departamento de Lempira, de donde es originario, indicó el ministro de Seguridad.
Para la operación, los implicados, además de tres ametralladoras antiaéreas y otro tipo de armas, también adquirieron motocicletas y cuatrimotos, todas confiscadas, para huir rápido del sitio donde pensaban dar muerte a Hernández, añadió Pacheco.
Según Corrales y Pacheco, la intención de asesinar a Hernández no ha surgido de una banda de narcotraficantes en particular, sino de varias, por los golpes que han recibido desde que Honduras decidió enfrentar con firmeza el tráfico de drogas, incautarles sus bienes y extraditar a EE.UU. a los reclamados por ese país.
-Narcos hondureños-
Una de las bandas de narcotraficantes acusadas por Estados Unidos de introducir drogas al país es la de la familia Valle Valle, quienes han sido extraditados desde Honduras.
El canciller Corrales dijo que el plan contra el presidente “no se resume solo a ellos” , los Valle Valle, porque la campaña contra Hernández viene desde que era titular del Parlamento hondureño.
Corrales resaltó que según datos de Estados Unidos, se ha reducido el aterrizaje de avionetas cargadas de droga procedentes de América del Sur, de 460 en otros años, a catorce en el 2014.
“Aterrizaban casi una y media diaria, y estos no son datos nuestros, nosotros no contábamos con la tecnología de dar información, nos la daba el Comando Sur” , que ha destacado esta disminución.