Un enorme globo comenzó a levantar el vehículo de prueba hacia la atmósfera este lunes durante la preparación para lanzarlo de vuelta a la Tierra.
The balloon carrying #LDSD can fill the Rose Bowl Stadium. That's a big balloon! #321techoff #journeytomars pic.twitter.com/Xlope0xeOu
— NASA Technology (@NASA_Technology) June 8, 2015
El experimento investigará la tecnología diseñada para disminuir la velocidad de un vehículo de aterrizaje grande conforme cae a través de la atmósfera a velocidades supersónicas.
La prueba de este año estaba prevista para el 2 de junio, pero las olas del Pacífico eran demasiado altas a principios de la semana recién pasada y, cuando se calmaron, los fuertes vientos pasaron a ser la preocupación.
La misión tiene por objetivo desarrollar los sistemas necesarios para aumentar las cargas que pueden transportarse de manera segura a Marte, hasta ahora de una tonelada, a fin de que puedan llevarse ingenios más pesados y, eventualmente, humanos a la superficie de marte.
La Nasa hizo la primera prueba del LDSD el 28 de junio del 2014, un ensayo que concluyó con éxito cuando la enorme nave con forma de disco cayó en el lugar esperado en el océano Pacífico.
El director del proyecto, Mark Adler, informó que se han presupuestado 230 millones de dólares para desarrollar el sistema de descenso en los próximos tres años.
La Nasa planea hacer próximamente más vuelos para seguir probando la resistencia del aparato.
Modifica diseño
Se trata de la segunda prueba de esta tecnología. En el primer intento, en junio del 2014, el paracaídas se rasgó durante el descenso. La Nasa entonces modificó su diseño.
“Este año, la prueba se concentra en la forma en que este nuevo paracaídas supersónico funciona”, había explicado anteriormente en un comunicado Mark Adler, responsable de este proyecto del Jet Propulsion Laboratory de la Nasa.
Como la atmósfera de Marte no es muy densa, cualquier paracaídas destinado a suavizar la caída de una nave espacial pesada y que va a gran velocidad tiene que ser particularmente sólido.
La Nasa comenzó a probar esta tecnología desde 1976 cuando envió su misión Viking con dos robots a Marte. Pero como el objetivo es trasladar astronautas al planeta rojo hacia el 2030, la agencia espacial necesita paracaídas de nueva generación, con tecnología más avanzada, que permitan a naves más grandes posarse con suavidad.
El vehículo utilizado para esta prueba, el platillo volador, pesa poco más de tres toneladas, es decir dos veces más de lo que pesan las naves de la NASA que de hecho son capaces de tocar suelo marciano.
El paracaídas (llamado “Low-Density Supersonic Decelerator”, o LDSD) es descrito por la agencia como “el mayor jamás desplegado”. Tiene 30 metros de diámetro y su objetivo es “reducir la velocidad de entrada del vehículo de Mach 2 a una velocidad subsónica” .
Para la prueba, el globo transportará al platillo volador y el paracaídas a una altitud de 37 Km sobre el Océano Pacífico. Éste entonces soltará el platillo, que subirá aún más alto —hasta 55 km de altitud — gracias a sus cohetes de refuerzo. La nave alcanzará una velocidad de 3.8 veces la velocidad del sonido, o 4.651 Km/h.
And we're off! #LDSD test vehicle has launched on its balloon ascending to 120,000 ft. Watch: http://t.co/KX5g7yYnYG pic.twitter.com/xCTC0jz77n
— NASA (@NASA) June 8, 2015
El desacelerador supersónico aerodinámico inflable, que tiene forma de rosquilla (llamado SIAD, por Supersonic Inflatable Aerodynamic Decelerator), se desplegará entonces para frenar el descenso de la nave hasta una velocidad de cerca 2.5 veces la velocidad del sonido (3,060 Km/h) . En ese momento el paracaídas se abrirá para ayudar al platillo a posarse en el Pacífico unos cuarenta minutos más tarde.
Esta nueva tecnología debe ser examinada a gran altitud, dado que las condiciones son allí similares a las de la atmósfera de Marte.