Este nuevo episodio de violencia se registra en el marco de la crisis sociopolítica que comenzó en abril pasado y que ha dejado centenares de muertos y detenidos, así como miles de herido en manifestaciones contra el Gobierno, que el presidente Ortega ha tildado de intento de golpe de Estado.
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Desde la madrugada de este domingo contingentes de agentes policiales de operaciones especiales, antimotines y grupos afines al Gobierno se desplegados en distintos puntos de Managua, especialmente en la vía por donde se anunció que pasaría la manifestación.
El sábado la Policía reiteró que “no se permitirán manifestaciones o movilizaciones en la vía pública que no cuenten con el debido permiso”, y que “tomará todas la medidas necesarias para mantener la seguridad y el orden público”.
Ya a finales de septiembre pasado la Policía anunció que consideraría “ilegal” las protestas de los llamados autoconvocados, los grupos civiles de oposición, y advirtió que arrestaría a sus organizadores.
Las organizaciones de derechos humanos nicaragüenses han señalado que esa disposición viola la Constitución, que en sus artículos 53 y 54 reconoce el derecho de reunión pacífica, concentración y manifestación, sin necesidad de solicitar permiso.
“Siguen llamando a realizar marchas, no por la paz, sino para buscar sangre, quieren sangre, están sedientos de sangre”, destacó anoche Ortega en un acto para celebrar la canonización del monseñor salvadoreño Óscar Arnulfo Romero.
El mismo sábado la oposición dijo que suspendió ese día manifestaciones antigubernamentales en Managua y la zona de Bluefields debido al despliegue de la Policía.
El 18 de abril pasado comenzaron las protestas contra Ortega por unas reformas de seguridad social que fueron anuladas en un intento por contener la crisis, que se convirtió en la exigencia de su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Organizaciones humanitarias nacionales e internacionales calculan que ha habido entre 322 y 512 muertos, miles de heridos y cientos de desaparecidos, mientras que el Ejecutivo ha cifrado los fallecidos en 199 fallecidos.
A favor y en contra
Ortega rechaza las denuncias de abusos en contra de su Gobierno durante esta crisis, que asegura es impulsada por grupos golpistas y terroristas.
“Es una lástima que se tomen estas actitudes, porque esto no abona en nada a la paz”, dijo el cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, a periodistas en referencia a los enfrentamientos entre policías y manifestantes.
“Inaceptables actitudes represivas y autoritarias en este momento en #Nicaragua. Estado de Excepción se va consolidando con medidas estatales incompatibles con la democracia y los derechos humanos”, dijo en Twitter el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão.
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