“El objetivo es tener control de la vía panamericana y dejar en esos lugares de forma indefinida a gente del Gobierno para que no se vuelvan a levantar los bloqueos” opositores, dijo una dirigente de los manifestantes, que no se identificó.
Los ataques a manifestantes atrincherados en Sébaco, 90 kilómetros al norte de Managua, dejaron el domingo un muerto y daños en la unidad de policía, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y la Policía.
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Las protestas contra el Gobierno estallaron el 18 de abril contra una fallida reforma al sistema de pensiones, y se extendió a otros sectores tras la represión, que ha dejado 139 muertos y más de mil heridos, según Cenidh.
En Las Maderas, a la altura del kilómetro 52 de la vía Panamericana Norte, también se demanteló la barricada y la vía se encontraba despejada, constató un equipo de AFP.
“Estamos aterrorizados, después que quitaron el tranque saquearon las pulperías (ventas) y hasta un cerdo se llevaron.
Estamos en zozobra, no sabemos en qué momento nos van a volver a atacar”, dijo a la AFP una vecina que pidió anonimato.
Rutas bloqueadas
El bloqueo de casi 70% de las vías busca proteger a las ciudades de ataques de grupos paramilitares y presionar al Gobierno para que acepte negociar una agenda para democratizar al país, según dirigentes del movimiento opositor.
Unos seis mil furgones de carga de países de Centroamérica que están en tránsito por Nicaragua quedaron atrapados con mercadería en las carreteras del país, lo que genera pérdidas económicas, según dirigentes de transporte de la región.
La operación contra los bloqueos comenzó la madrugada del lunes en la capital, donde pobladores colocaron barricadas de adoquines, para protegerse de paramilitares que se desplazan en camionetas para disparar por las noches a todo lo que se mueve.
“¡No disparen, aquí hay niños!”, “quieren quitar las barricadas a punta de balas”, denunciaron en un video pobladores del barrio Maria Auxiliadora, uno de los siete lugares de la capital asediado por antimotines.
Los atacantes entraron corriendo, disparando y botando las barricadas en las calles de barrios de la periferia oriental de Managua, obligando a los habitantes a protegerse en sus casas, según videos enviados a medios de comunicación y redes sociales.
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La aerolínea estadounidense American Airlines canceló sus vuelos a Nicaragua programados para el lunes y martes por razones de seguridad debido a “los disturbios civiles” en el país centroamericano, según la web oficial de la compañía.
El reportero gráfico de la agencia Reuters Jorge Cabrera y Arnaldo Arita de CNN fueron despojados de sus equipos de trabajo mientras cubrían incidentes en Managua. El reportero del diario La Prensa, Josué Garay fue asaltado por desconocidos en su domicilio. Antes había recibido amenazas, denuncio el organismo no gubernamental PEN, capítulo de Nicaragua.
En Mulukukú, juridiscción de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), el puesto de policía fue atacado con armas por hombres encapuchados. A causa de esta acción dos agentes murieron, otros dos fueron heridos y otro fue secuestrado, según un reporte de la policía que da cuenta de un delincuente muerto.
En León, 90 km al noroeste de Managua, grupos cívicos convocaron a un paro de labores y escolares por 24 horas como presión ante la escalada represiva del gobierno.
Lenguaje de represión
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, llamó a la población de Las Maderas y otros barrios de Managua a “que se resguarden en sus casas y no salgan a la calle. Es muy peligroso por la presencia de los grupos de choque. No arriesguen la vida inútilmente”.
Entre jueves y domingo se reportaron cuatro muertos en Managua, Masaya, Sébaco y Jinotega, durante ataques de los irregulares y fuerzas antimotines a posiciones de pobladores atrincherados, según organismos de derechos humanos.
Las acciones represivas han continuado con igual o más intensidad luego de un encuentro el jueves entre la jerarquía católica y Ortega, a quien le plantearon una agenda para anticipar las elecciones y reformas la Constitución y ley Electoral.
El mandatario pidió 48 horas para reflexionar y dar una respuesta a los obispos, pero hasta el lunes no se había pronunciado.
Según el obispo Báez, en la cita le expresó a Ortega que: “usando solo el lenguaje de la represión en Nicaragua, se aleja cada vez más de la realidad, agrava la crisis política, el dolor del pueblo, y se esfuerza en destruir el Diálogo Nacional”.