González, que residía en el vecino estado de Connecticut, murió a causa de las heridas.
Los residentes de la Gran Manzana pasaron de un día con temperaturas casi veraniegas, de unos 16 grados centígrados, que muchos aprovecharon este miércoles para vestir ropas livianas, a amanecer hoy con las calles blancas, arropadas de nieve y con la ciudad operando bajo el “código azul” que activa los servicios de emergencia de las agencias públicas.
Todos los colegios y la Universidad pública de la Ciudad (CUNY) cancelaron sus clases y algunos empleados públicos no esenciales fueron autorizados a quedarse en casa.
“Quiero subrayar a todos los neoyorquinos, quédense en casa si pueden. No salgan si no tienen que hacerlo. Si deben hacerlo, por favor no usen su automóvil porque tenemos que dejar al Departamento de Saneamiento despejar las carreteras”, indicó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Se espera que a lo largo del día la tormenta deje una acumulación de nieve de entre 25 y 45 centímetros en la costa noreste, siendo Nueva York, Filadelfia y Boston las grandes ciudades más afectadas.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, pidió por su parte al público “extremar” las precauciones “y evitar viajes innecesarios durante estas peligrosas condiciones del tiempo”.
Algunos condados del estado declararon el estado de emergencia lo que prohíbe que circule el tráfico en sus calles, excepto lo necesario.
En la ciudad, donde se espera una acumulación de hasta 30 centímetros de nieve, se ha movilizado a 2.400 trabajadores del Departamento de Saneamiento y a 1.600 máquinas quitanieves para limpiar las calles, en particular las vías de acceso a hospitales.
La Policía, además, ha tenido que lidiar con docenas de accidentes de tránsito debido a la poca visibilidad.
La tormenta invernal no ha logrado paralizar a la ciudad que nunca duerme, pero sí ha dificultado que el público se pueda desplazar y algunas calles y céntricos lugares como el siempre congestionado Times Square estaban hoy casi desiertas.
La tormenta ha causado además dolor de cabeza a pasajeros de los aeropuertos JFK y La Guardia con más de 1.500 vuelo cancelados, como ha ocurrido en otros estados de la costa este afectados por la nevada, como el vecino Nueva Jersey, Pensilvania o Massachusetts.
En total, se han cancelado más de 3.800 vuelos debido a la tormenta, que ha afectado a 50 millones de personas.
En Nueva Jersey, las escuelas igualmente estaban cerradas, se han reportado también decenas de accidentes en las carreteras, se ha reducido la velocidad en calles y autopistas y el gobernador Chris Christie ha pedido que los empleados públicos no esenciales se queden en casa.
Las cortes federales en las ciudades de Newark, Camden y Trenton estaban cerradas por las condiciones del tiempo.
En Boston y Filadelfia, el panorama no era diferente con las clases suspendidas e importantes acumulaciones de nieve.