Tras la ceremonia, Obama se saltó el protocolo para pedir a su equipo que le tomaran una foto con esa efigie del Che a su espalda, algo poco habitual es ese acto solemne, en el que le acompañó el vicepresidente del Consejo de Estado cubano, Salvador Valdés Mesa.
La corona de flores ofrecida por Obama en honor a Martí estaba conformada por rosas blancas, azules y rojas, los colores de las banderas de los dos países, con una cinta en la que se podía leer en inglés: “Del pueblo de los Estados Unidos”.
Obama se convirtió así en el primer mandatario estadounidense en activo en pisar esa plaza, escenario de innumerables y largos discursos del líder cubano Fidel Castro en contra del imperialismo.
Tras la breve ceremonia de la ofrenda floral, el presidente visitó el interior del memorial José Martí (1853-1895), figura clave de la independencia de Cuba de los españoles e inspirador intelectual de la Revolución, que vivió la mayor parte de su vida en los Estados Unidos.
Desde ese país, Martí recaudó fondos y organizó la segunda guerra independentista de la isla contra España (1895-1898), que culminó con la intervención de los Estados Unidos en la isla.
Después del recorrido por el memorial Obama se dirigirá a la escalinata del Palacio de la Revolución, donde será recibido por el presidente de Cuba, Raúl Castro.