Esta fue la línea principal que expuso David Robles, el representante de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, en la presentación de argumentos orales este miércoles ante el juez Kevin Castel, mientras Hernández, que gobernó en Honduras entre 2010 y 2014, escuchaba pacientemente.
“Ese hombre -dijo Robles señalando al expresidente hondureño, quien estaba flanqueado por sus abogados- envió toneladas y toneladas de cocaína a Estados Unidos (…). Usó el poder de su país, a los militares y al sistema de Justicia para proteger a los narcotraficantes, y obtuvo a cambio mucho dinero”, enfatizó.
Detalló que Hernández se asoció “con organizaciones poderosas como el cártel de Sinaloa” (fundado por el narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán), y con su ayuda “se convirtió en un hombre poderoso que abusó de ese poder para enviar droga a EE.UU. sin miedo ni consecuencias”.
Según el fiscal, la droga era adquirida en Colombia, transitaba por Honduras y México y terminaba en EE.UU., donde en alguna ocasión el entonces presidente llegó a decir que iban “a meter la droga por las narices de los gringos”.
Y prometió que presentaría numerosas pruebas que demostrarían todas esas afirmaciones, incluidas fotografías con notorios narcotraficantes hondureños.
Por parte de la defensa, intervino el abogado Renato Stabile, quien insistió en que la Fiscalía no dispone “ni de vídeos, ni de grabaciones, ni de correos o mensajes de texto” que prueben sus afirmaciones, y descalificó el valor de las fotografías de Hernández con narcotraficantes con el argumento de que era un presidente muy popular y todo el mundo se fotografiaba con él allá donde iba.
Stabile dijo que, contra lo que sostiene la Fiscalía, su cliente hizo que el narcotráfico se redujera en un 18 % en el país, y que colaboró con numerosos departamentos del Gobierno de EE.UU. -la agencia antidrogas DEA, el Departamento de Justicia, las autoridades de Interior- en su labor antidrogas.
Fruto de esa cooperación, Stabile dijo que debían considerarse los casos de los 21 narcotraficantes capturados y extraditados a EE.UU. durante su Gobierno, que se han traducido en sendas cadenas perpetuas.
“Víctima de venganza”
En una carta publicada el lunes 19 de febrero, el exmandatario reiteró que es “inocente” y “víctima de una venganza”.
“Soy inocente, soy víctima de una venganza y una conspiración por parte del crimen organizado y enemigos políticos”, dijo el exgobernante en la misiva publicada en la red X por su esposa, Ana García.
En el mensaje dirigido al pueblo hondureño, que tendrá escasa incidencia en el juicio en el Tribunal Federal del Sur de Manhattan, Hernández calificó como “injustas” las acusaciones y “llenas de mentiras construidas de manera novelesca en base al testimonio” de “narcotraficantes confesos”, que negociaron con la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York para lograr “la reducción de sus penas”.
Otros acusados, el exjefe de la policía Juan Carlos “Tigre” Bonilla y el expolicía Mauricio Hernández, que iban a ser juzgados con el expresidente, se declararon culpables de narcotráfico.
Esta decisión, que podría suponerles una reducción de pena, puede ser lesiva para JOH, que siempre se ha jactado de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico.