La oficina regional europea, con sede en Copenhague, consideró clave la adopción en 2005 de la Declaración de Taskent, que permitió a países afectados por la malaria (Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turquía, Turkmenistán y Uzbekistán) elaborar una estrategia para erradicar la enfermedad.
En estas zonas, que corresponden a la “región Europa” de la OMS, el número de casos autóctonos (transmitidos localmente y no importados por pacientes procedentes de otros países) ha caído de 90 mil 712 casos a cero en el espacio de 20 años.
El paludismo, afección que provoca fiebre, dolor de cabeza, temblores y vómitos, afectó a 214 millones de personas en el mundo y mató a 438 mil personas en el 2015, según esta agencia de la ONU.
“Los años 2011 y el 2012 vieron un resurgir del paludismo, en Georgia (casos aislados) y en Grecia y Turquía (epidemias localizadas) por la importación desde países donde la enfermedad es endémica (Afganistán, India y Pakistán)”, explicó la OMS.
“Este resurgimiento fue contenido y en el 2014 la transmisión autóctona estaba confinada a Tayikistán”, recordó.
Se trata de la segunda vez que Europa, Asia Central y el Cáucaso vencen la enfermedad, también denominada malaria. Hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, era endémica en casi todo el sur de Europa, de Portugal a Grecia, hasta que los avances en materia sanitaria consiguieron erradicarla en la región. El último caso se dio en Yugoslavia en 1974.
Pero en los años 80 y 90, la enfermedad reapareció acompañando a los refugiados que escapaban de las guerras de Afganistán e Irak.
Actualmente, esta afección potencialmente mortal provocada por la picadura de un mosquito golpea principalmente a frica Subsahariana, donde en el 2015 se registraron un 72% de los casos y un 88% de las muertes por paludismo.
En la “región de las Américas, las tasas de mortalidad por malaria han descendido un 72% desde el 2000.
La combinación de fuerte compromiso político, mejor detección y vigilancia de los casos, control de los mosquitos, colaboración transfronteriza y comunicación facilitaron el logro, señaló la OMS, que considera un país libre de malaria cuando no ha registrado ningún caso durante tres años seguidos.
“Es un hito en la historia de la salud pública en Europa y en los esfuerzos por eliminar la malaria de forma global” , afirmó la directora de la OMS para la región europea, Zsuzsanna Jakab.
Jakab recordó no obstante que mientras la malaria no haya sido erradicada a nivel global, gente que viaje a o desde países con ese mal endémico pueden importar la enfermedad a Europa, de ahí la necesidad de mantener el trabajo de vigilancia.