Dinamarca, Islandia y Noruega anunciaron el jueves la suspensión de las inyecciones de la vacuna de AstraZeneca, invocando el principio de “precaución”. Bulgaria hizo lo mismo el viernes.
La agencia nacional de salud danesa, la primera en anunciar la decisión, habló de una medida de precaución ante “casos graves de coágulos en personas vacunadas”, aunque “de momento” no se ha establecido una relación causal.
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A principios de esta semana, Austria dejó de administrar un lote de esas vacunas después de que una enfermera de 49 años muriera de “graves trastornos de coagulación” días después de ser vacunada.
El laboratorio anglosueco y el gobierno británico reaccionaron el jueves para defender una vacuna “segura” y “eficaz”.
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Por su parte, la portavoz de la OMS subrayó que los expertos de la organización están estudiando la información sobre los coágulos que por el momento no se había establecido ninguna relación causal.
“Cualquier alerta de seguridad debe ser investigada”, subrayó.
“Siempre tenemos que asegurarnos de mirar todas las alertas de seguridad cuando distribuimos las vacunas y tenemos que revisarlas, pero no hay ninguna indicación para no usarla”, añadió la portavoz.