El joven murió ante los servicios de emergencia de la Unicef, ilustrando la situación en la ciudad, en la que se calcula que la mitad de sus 40 mil habitantes tiene menos de 18 años.
“Vimos a dos adolescentes que compartían la cama”, contó a la AFP la representante para Siria de Unicef, Hanaa Singer, que describió los cuerpos de los chicos como “esqueléticos”.
Una médico de la organización se acercó a uno de los adolescentes, que se veía especialmente débil, y percibió que su pulso se había detenido.
“Lo examinó, no tenía pulso, así que empezó a resucitarlo. Una, dos, tres veces, después me miró y me dijo: Se fue”, contó por teléfono Singer.
Entonces, el otro paciente comenzó a preguntar, angustiado, si había muerto.
La familia del adolescente muerto, Alí, que estaba sentada cerca, parecía tan exhausta, que “ya no podía ni siquiera expresar su dolor. Lloraban en silencio, sin consuelo”.
Alí se convirtió en la última persona en morir de desnutrición en Madaya, una posición rebelde sitiada por las tropas del gobierno sirio.
En la ciudad se han registrado más de dos docenas de muertos por desnutrición desde principios de diciembre.
Un convoy humanitario de 44 camiones repletos de alimentos y medicinas llegó a Madaya, a unos 40 kilómetros de la capital siria.
Un primer convoy había sido autorizado a entrar en la ciudad el lunes, después de la indignación provocada por las informaciones sobre los estragos de la hambruna en la ciudad.
“Lo que se ve es la magnitud del hambre. Toda la gente te dice que han sobrevivido a base de sopa con agua, especies y comiendo hierbas y hojas”, contó Singer.
“Los convoyes no son suficientes en este tipo de situaciones”, insiste esta responsable, que pide que se levanten todos los asedios militares donde haya civiles.
“Los niños te suplican un trozo de pan. Algunos vienen y se disculpan por haberlo solicitado varias veces, a pesar de que ya les dijiste que no tenías. Te dicen: disculpa mamita, ya te pedí el trozo de pan”, explica Singer.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió el jueves que el uso de la hambruna como arma de guerra es un crimen.
Ayuda comienza a llegar
Una clínica móvil con un equipo médico se encaminaba a la localidad rebelde siria de Madaya, este viernes, para tratar a pacientes que sufren desnutrición.
En un momento en que los bombardeos rusos han permitido a las fuerzas del régimen retomar la ofensiva contra los rebeldes, Moscú anunció este viernes que realizará operaciones humanitarias en Siria y que su intervención militar no tiene un límite de tiempo.
“Una clínica móvil de la OMS y la Media Luna Roja está camino de Madaya para atender in situ a las personas que padecen malnutrición”, afirmó a la AFP Rana Sidani, responsable regional de la OMS.
Sidani dijo que el jueves los equipos pudieron examinar a 350 personas y que muchas de ellas sufren desnutrición severa.
En esta localidad rebelde cercana a Damasco, la situación es especialmente dramática después de seis meses de asedio total por parte del régimen, que ha condenado a la desnutrición a 42 mil personas, entre ellas 20 mil niños.
En este dispensario conjunto, dos médicos y dos enfermeras atienden a los pacientes bajo condiciones complejas. De 25 niños menores de cinco años examinados, 22 sufrían desnutrición severa o moderada.
“El equipo también examinó a diez niños y adolescentes de entre 6 y 18 años. Seis sufren desnutrición severa, inclusive un chico de 17 está en peligro de muerte, y necesitan ser evacuados inmediatamente” , dijo Singer.
La agencia de la ONU dijo que los médicos están “angustiados y agotados mentalmente, que trabajan contrarreloj con recursos muy limitados”.
“Es simplemente inaceptable que esto ocurra en el siglo XXI”, añadió, agregando que en Siria hay otras 14 localidades bajo asedio.