A casi 30 años de su muerte, continúan surgiendo historias sobre los negocios dentro del tráfico de droga, vida personal y la relación familiar de Pablo Escobar.
Una de las que más ha llamado la atención se enfoca en la vida de Juan Pablo Escobar, hijo mayor del capo del narcotráfico, y Manuela Escobar, la menor de sus descendientes, y lo que les sucedió a ambos después de la muerte de su padre en diciembre de 1993.
Juan Pablo Escobar, luego del fallecimiento de su padre, escapó de Colombia con rumbo a Argentina junto a su familia y se cambió el nombre a Juan Sebastián Marroquín Santos para no ser relacionado con el jefe del Cártel de Medellín.
“Aproveché la oportunidad que me dieron los jefes del cartel de Cali de conservar mi vida y cumplí la promesa de irme del país, de educarme, de ser un hombre de bien”, comentó Juan Pablo al diario uruguayo El País.
Actualmente Juan Pablo es arquitecto, diseñador industrial, conferencista y escritor, faceta con la que decidió romper su silencio y hablar sobre la vida privada de su padre.
El hijo mayor de Pablo Escobar publicó su primer material autobiográfico titulado Pecados de mi padre en 2009, producción en la que habló sobre su relación y reveló fotografías poco conocidas del narcotraficante.
Los que dicen que mi padre era malo dicen la verdad pero todos los que dicen que mi padre era bueno también! #PabloEscobar fué un Gran Padre pic.twitter.com/IT5Kt7mYk5
— Juan Pablo Escobar Henao (@sebasmarro) August 9, 2017
De igual manera, Juan Pablo reveló lo que implicó en su vida ser el hijo de Pablo Escobar por medio de dos libros: Las historias que no deberíamos saber, publicado en 2014, y Pablo Escobar In Fraganti, obra que salió a la luz en 2016.
Por otra parte, Manuela Escobar Henao, al igual que su hermano, cambió su nombre a Juana Manuela Marroquín Santos al llegar a Argentina luego de que el narcotraficante colombiano fuera abatido en 1993.
A diferencia de Juan Pablo, la hija menor de Pablo Escobar decidió mantener un perfil bajo, alejado de las redes sociales, y no se conoce poco de su vida.
“Mi hermana no es una persona pública, disfruta de su privacidad y de tener el privilegio de llevar una vida normal. No le debe nada a nadie y vive tranquilamente alrededor nuestro y de los que la queremos. Nosotros respetamos su privacidad”, informó Juan Pablo sobre la vida de su hermana.