Incertidumbre
Mazari es el supuesto autor de mantas colocadas en febrero en otra localidad en las que se deslindaba de la desaparición, culpaba al gobierno y se decía dispuesto a hablar con los padres para contarles lo que él sabía.
Los alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron luego de ser detenidos por policías municipales de Iguala, en el estado de Guerrero. La autoridad federal concluyó que los 43 fueron entregados a sicarios del grupo de Guerreros Unidos, una organización rival de Los Rojos, que los habrían asesinado y quemado en un basurero para luego lanzar sus restos calcinados a un río para borrar evidencias.
“La idea es que si este señor adonde quiera que esté… nos ayude si sabe algo” , dijo Emiliano Navarrete, uno de los padres, a periodistas en el lugar donde se colocó la pancarta.
Divididos
Algunos medios habían reproducido hace unos meses presuntas declaraciones de sicarios que señalaban que Mazari habría pagado para que se infiltraran miembros de Los Rojos entre los alumnos de Ayotzinapa, aunque la autoridad ha dicho que no tiene elementos que confirmen eso. La petición de ayuda, sin embargo, no parece ser una acción coordinada de todos los padres.
Melitón Ortega, padre de unos de los estudiantes y quien en los últimos actos públicos ha aparecido como vocero, dijo que la acción del martes en Iguala fue principalmente repartir volantes entre la gente para pedir les proporcione cualquier información sobre sus hijos y que la pancarta era más una acción de algunos padres que surge de su desesperación.
Interrogado sobre lo que habría motivado a algunos padres a colocar la pancarta en que solicitan apoyo, Ortega respondió: “Eso viene por la desesperación misma de los compañeros”.
Caso emblemático
La desaparición de los 43 estudiantes se ha convertido en un emblema de los abusos de autoridad en México y ha generado críticas dentro y fuera del país por la tardanza de las autoridades federales para indagar el caso.
Sin embargo, el gobierno federal ha defendido su actuación y las investigaciones que han resultado en la detención de 104 personas hasta ahora, incluidos 64 policías municipales y 40 presuntos miembros de Guerreros Unidos. Entre los arrestados también está el alcalde Iguala, considerado autor intelectual.