Pero un grupo de personas se lo impidió el domingo, de manera violenta, en un incidente que fue luego condenado por la asociación de corresponsales extranjeros en China.
“Apenas llegamos al pueblo de Yang Linghua quedó claro que nos estaban esperando”, escribió el corresponsal de la BBC John Sudworth en un artículo publicado en internet.
“El camino que llevaba a la casa (de la mujer) estaba bloqueado por una gran cantidad de personas y, en apenas unos minutos, nos atacaron y destrozaron nuestras cámaras”, escribió.
Luego, la Policía y responsables del gobierno local los obligaron a borrar todas las grabaciones “bajo la amenaza de mayor violencia” y a firmar una confesión de disculpa por “comportamiento que causa un mal impacto”, según el artículo.
El ataque fue para impedir la cobertura de la historia de Yang, antes de que se celebre la mayor reunión anual del Partido Comunista, que comenzó el viernes en Pekín.
La mujer planeaba viajar a Pekín como “peticionista”, como lo hacen cada año miles de personas que no obtienen justicia en los tribunales locales con la esperanza de hacer oír sus casos ante la oficina estatal de reclamos, una tradición ancestral china que remonta al imperio.
Las imágenes sin editar del incidente, que la BBC subió a su web, muestran un violento forcejeo que dejó a al menos una persona del equipo con leves cortes en las manos.
“Este violento esfuerzo para impedir la cobertura de noticias es una grave violación de las reglas del gobierno chino para con los corresponsales extranjeros, que autorizan expresamente entrevistar a cualquiera que lo consienta”, indicó el club de corresponsales extranjeros en China (FCCC) en un comunicado publicado el viernes.
El 57 por ciento de los corresponsales extranjeros indicó que fue objeto de interferencia, hostigamiento o violencia al intentar hacer su trabajo en China, según la encuesta en el 2016 del FCCC publicada en noviembre.