La institución perteneciente a la Iglesia católica demandó a la entidad en defensa de los derechos de la diversidad sexual el pasado mes de abril.
En esa ocasión, la institución argumentó que el nombre Opus Gay generaba confusión en el público consumidor y podría hacer creer que el Movilh estaba “apoyado y patrocinado por la prelatura”.
“Estamos tremendamente felices por este triunfo, que es un hito para los derechos de la diversidad sexual y en especial para los medios electrónicos que defienden y promueven la igualdad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales”, señaló el dirigente del Movilh, Rolando Jiménez.
En este contexto, Jiménez anunció que después de esta victoria, el Movilh luchará por obtener también derechos sobre la marca Opus Gay para medios impresos, “algo que la Prelatura ha logrado con éxito impedir desde el 2002 a la fecha”.
En tanto, el jurista del Estudio AIJ Abogados, Roberto Jorquera, quien representó al Movilh en este caso, calificó la sentencia de “importante precedente en la inscripción de dominios”.
“Con el fallo quedó manifiesto la inexistencia de mala fe o peligro de confusión con la inscripción de Opus Gay.cl. Esto, porque los términos Dei y Gay se diferencian”, manifestó Jorquera haciendo alusión a la demanda de la prelatura, que intentó demostrar que ambos términos eran casi idénticos.
El Movilh adquirió el dominio “opusgay.cl” en 2002 y la página funcionó durante más de una década como la edición digital de un periódico homónimo sobre diversidad sexual, en la actualidad sólo sirve para redireccionar al usuario al sitio web del Movilh.
La demanda del Opus Dei argumentaba que el término Opus se encontraba “indisolublemente ligado a la prelatura” y agregaba que ese “juego de palabras” creaba confusión por la semejanza de pronunciación entre los términos Opus Dei y Opus Gay.
“Opus Dei y Opus Gay tienen públicos y objetivos muy distintos” dijo el abogado Jorquera, quien explicó que existían muchos dominios que partían con el vocablo Opus, “sin generar confusión alguna”.
Para el Movilh, lo que movió al Opus Dei fue una homofobia tan irracional como totalitaria, pues buscaba que nadie pudiera “inscribir nombres con el vocablo Opus”.
En 2002, el Opus Dei pidió al Departamento de Propiedad Industrial que prohibiera la inscripción del nombre “Opus Gay” para la revista en papel. Obtuvo un fallo favorable en 2007, aunque para entonces la publicación ya había desaparecido por falta de recursos económicos.
El Opus Dei argumentó entonces en su petición que “nadie o casi nadie se siente enaltecido por ser relacionado con la homosexualidad. En general, socialmente constituye una afrenta o, al menos, un motivo de burla, que se cuestione o ponga en duda la feminidad o masculinidad de una persona”.