Cuando un alumno le preguntó qué pensaba de que las pizzas llevaran piña, el presidente respondió que odiaba eso y que, si podía, prohibiría la receta.
El martes, cuando el caso rebasó las fronteras del pequeño país a través de las redes sociales, el presidente volvió a mencionar el tema en Facebook, pero más seriamente.
“No tengo el poder de hacer leyes que prohíban a la gente poner piña en su pizza. Estoy feliz de no detentar ese poder. Los presidentes no deben tener un poder ilimitado” , explicó.
“Para las pizzas, recomiendo el marisco” , concluyó.
Elegido en el 2016 por los islandeses, que querían renovar su clase política, Johannesson, de 48 años, se había presentado con un estilo desenfadado y sobrio que gustó a sus conciudadanos.
Según el último sondeo sobre su gestión, del 24 de enero, el 81.4% de opiniones eran favorables.