Los expertos estiman que una conversación normal produce entre 55 y 60 decibelios, mientras que un avión en vuelo produce entre 110 y 120 decibelios.
El sacerdote de la parroquia, Ignacio Torres, dijo al diario El País que las campanas siempre han tañido en la localidad y que normalmente sólo se tocaban a mediodía y antes de las misas.
El párroco dijo no tener idea de cómo podría la iglesia pagar la multa si finalmente se impone.